sábado, 23 de noviembre de 2019

Refuerzo de guantes de lana.

Brico-costura extrema.


Con la llegada del frío empleo los viejos guantes de lana de la mili para ir en bici, con sus puntitos de silicona para tener agarre. Pero hace un par de semanas tuve un desafortunado accidente con la bicicleta, que acabó con un hombro dolorido, una rodilla salvada de milagro (pero con un gran moratón que parece la galaxia de Andrómeda) y los nudillos de ambas manos raspados e hinchados por el golpe y el roce contra el suelo. 

Estuve mirando muchos guantes por internet, pero la mayoría son acolchados en las palmas de las manos para evitar que se entumezcan y no tienen protección alguna en el dorso de las manos. Los que tienen refuerzos en el dorso son más propios del motociclismo que de la bicicleta, son aparatosos y no los veía adecuados por movilidad para el manillar de mi bicicleta zeleris.
En los viejos guantes apenas se habían hecho un par de agujeros en los nudillos, y en las manos ya tenía el patrón de las zonas para reforzar.

Como tengo muchos retales de EPDM opté por customizar y recauchutar los viejos guantes en previsión de otra caída similar. En el incidente, al tener las manos agarradas a las manetas de freno, las zonas donde recibí el impacto fueron los nudillos externos, del corazón al meñique. El siguiente paso fue escanear el guante para sacar un patrón para el refuerzo. Lo imprimí en una etiqueta adhesiva en A4, marcando todos los puntos de cosido, el EPDM tiene 1,2mm de grosor y es demasiado duro para atravesarlo con la aguja de coser. Taladré todos los puntos de costura con un sacabocados, con la punta más fina que hace agujeros de unos 0,8mm.

El siguiente paso es sujetar por varios puntos el refuerzo de EPDM sobre el guante para que no se mueva del sitio. Para ello bastan unos cuantos puntos de costura, que luego al coser todo el contorno se repasan de nuevo. Hay que coser con cuidado para no coger la cara inferior del guante, y como el EPDM es grueso lo más sencillo es pellizcar un poco la goma pasar la aguja saltar un agujero y volver a atrás para volver a pasar la aguja por el guante que se ha saltado y volver a saltar otro punto. En el pliegue se coge parte de la lana que queda cosida al introducir la aguja. En una tarde los guantes estaban acabados. Y la verdad es que se adaptan bien a la mano y son cómodos para ir en bici.



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