sábado, 12 de noviembre de 2016

Cámara oscura

Este es un proyecto que hace tiempo tenía en mente, por mi afición a la fotografía y a la óptica, y por su relación con la arquitectura, pues la imagen y sobretodo la representación de la realidad y la ficción son claves en esta profesión, y a lo largo de la historia, tanto en la pintura como en la arquitectura, siempre se han querido desentrañar los misterios de la perspectiva.
Uno de tantos instrumentos que se han empleado para representar con exactitud la realidad ha sido la cámara oscura. El invento consistía en una habitación con un pequeño agujero de forma cónica que daba al exterior, proyectándose en la pared opuesta una imagen, sobre la que podía disponerse un lienzo en el que repasar la escena observada. Antes del renacimiento ésta era la única forma de visualizar una imagen real como si fuera una fotografía, pero esto tenía varios inconvenientes: tan sólo es posible visualizar el paisaje o escena inmediata que se situaba  enfrente del agujero y la imagen obtenida era muy tenue e invertida, y obviamente la imposibilidad de transportar la cámara a otro lugar.
Con la aparición de las lentes de vidrio, que aumentaban la cantidad de luz de la escena y permitían el enfoque, se pudo reducir el tamaño de la cámara oscura a tan sólo una caja que podía ya transportarse fácilmente.
Así pues el tamaño de la caja queda limitado únicamente al tamaño del lienzo que se quiera dibujar, pues cada lente en función de su curvatura determina una distancia focal específica (distancia desde la lente al papel donde se enfoca la imagen), además la distancia de enfoque también depende de la distancia de los objetos respecto a la lente, siendo necesario realizar pequeños ajustes en la distancia de la lente al papel hasta encontrar una imagen nítida.
Johann Zahn fue un pionero en el desarrollo de cámaras con lentes y espejos para mejorar y corregir los inconvenientes de las primitivas cámaras oscuras, y el funcionamiento de éstas es el mismo que emplearían más tarde las cámaras fotográficas sustituyendo el papel sobre el que se repasaba la imagen por una placa fotosensible.
El modelo que se muestra en esta entrada es una versión en cartón de aquellas que realizara Zahn en madera, y como mejora a efectos didácticos le he añadido un “iris” para permitir la capacidad de enfoque de la imagen. Idéntico funcionamiento tienen el ojo humano y las cámaras fotográficas actuales.

La cámara oscura aquí descrita la construí como un complemento al taller desarrollado por Empar Vañó (con la colaboración de Nuria Tamarit y Héctor Conesa) en la semana de la arquitectura organizada por el Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana. En dicho taller, el trabajo creativo con las “cajas mágicas” ayuda a los niños y no tan niños a comprobar y representar fielmente la perspectiva en el papel tal y como la ve el ojo humano, sin el filtro que ejerce el hemisferio racional del cerebro. En estas pequeñas cajas se realiza una sencilla distribución interior, a la que se pueden añadir pequeños objetos decorativos, y en ellas se puede observar, fijando la vista sobre un punto y viendo la caja en profundidad, cómo fugan las líneas hacia un punto. Sobre un acetato ubicado en la cara frontal es posible repasar esas líneas y dibujar la escena interior. Luego con un papel vegetal se puede volver a calcar el dibujo del acetato para completar, mejorar la escena y colorearla.
 Semana de la arquitectura COACV   1-2 octubre de 2016


En la réplica de la caja oscura de Zahn adopté un modelo que tiene un cristal en la cara superior y un espejo interior a 45º que refleja la imagen invertida de la cámara oscura primitiva, pero éste sólo invierte la posición vertical, quedando la imagen invertida horizontalmente como se ve en un espejo. El objetivo del cristal es colocar sobre él un papel vegetal o traslúcido que deje pasar parcialmente la luz para visualizar la escena. Si el papel vegetal se repasa por su trasdós contra otro papel en éste se obtendrá el “positivo” de la escena observada.

                                                  Detalle del montaje del diafragma


    

Para construirla empleé cartón principalmente por el tema del peso y la facilidad para construirla, pues era únicamente para hacer una demostración sencilla y práctica del invento, y no tenía en mente desarrollarla como algo más profesional. En internet hay muchas webs sobre las cámaras oscuras sencillas, en cajas de pequeño formato, basadas en hacer un pequeño agujero en un papel de aluminio adosado a un lateral de la caja, pero casi nada respecto a cómo hacer una con lentes, así que a partir de aquí todo es investigación propia a base de ensayo-error y suerte para encontrar la lente adecuada.

La primera opción con la lente fue una lupa de gran tamaño, unos 7,5 cm y unos 15 aumentos, sin embargo esta enfocaba a una distancia demasiado corta y el tamaño de la imagen enfocada era muy pequeño, con otra más pequeña de 4cm de diámetro y 10 aumentos el resultado era igual de malo. La idea era encontrar una lente capaz de enfocar a un tamaño similar al de un A3 para dibujar. Tras probar con varias lentes encontré una que empleaba con la antigua réflex para hacer macros, tan sólo 3 aumentos de 52mm, y otra más pequeña de una vieja cámara también de 3 aumentos que fue la que finalmente escogí. La distancia a la que se enfoca una escena de una habitación oscila entorno a 40cm (más o menos según la distancia del objeto a la lente).

El tamaño elegido para la caja fue de 45x32x24, la caja ya la tenía y se adaptaba bastante bien al tamaño de un A3. Como variante a la cámara de Zahn, donde es el objetivo el que se mueve para enfocar, en mi caso introduje un espejo montado sobre un “cajón” móvil, de forma que al avanzar o retroceder éste dentro de la caja se enfocan los objetos más lejanos o los cercanos. El iris permite el enfoque más preciso en todas las distancias cerrando el diafragma, no obstante lo que se gana en enfoque se pierde en luminosidad. Todo el interior de la caja ha de ser de color negro mate para que no hayan reflejos de luz ajena a la escena a proyectar.


En esta cámara es fundamental tener una gran cantidad de luz procedente del exterior y una tela negra muy tupida para poder hacer bien las observaciones en el papel vegetal en total oscuridad. Otro inconveniente es que al emplear el plástico transparente del soporte del papel (que en cierta manera también actúa como espejo) se generan a veces imágenes fantasma que entorpecen la visión. También es importante hacer un buen parasol a la lente para que no lleguen fuentes de luz o reflejos indeseados que se mezclen con la luz de la escena.



Materiales:

Caja de cartón y cartón adicional para el soporte del espejo y tapa

Cartomat negro 1mm (conjunto iris y lente)

Cartulina negra (forrado interior de la cámara)

Espejo 30x30cm

Plástico transparente (es conveniente que sea anti-reflejos)

Lente de 3 aumentos

Palillos de pincho (unión y ejes del iris)

Listones de madera 1x1cm (soporte plástico transparente)

Plástico negro 0,1-0,2mm (láminas del iris y parasol)

Tela negra

Cola blanca

Super-glue
Cutter


Taller "la caja mágica" : Empar Vañó, Nuria Tamarit y Héctor Conesa 

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