domingo, 22 de julio de 2018

Motorizar una maqueta estática III

Y para finalizar esta trilogía brico-mecánica un par de coches para Scalextric compact. Como los que vienen de serie a veces son iguales, para variar un poco le busqué a mi sobrino una alternativa. Cada coche por separado que vende la marca es carísimo, supongo porque parte del coste es debido a los royalties, y otro tanto por la exclusividad de la marca. Buscando coches entre el poco surtido que tenía en la tienda encontré los dos cutre-coches estilo indianápolis, feos donde los haya, pero "baratos". Un poco más adelante estaban las maquetas estáticas de inyección de aluminio mucho más detalladas...lo tenía claro, el resto era cortar y pegar, dremel y pattex.

Motorizar una maqueta estática II

Bueno, como en la tienda tenían 2 coches como el que gasté para darle vida al 600, compré otro para disfrutar de un fantástico BMW Z4...Éste era una maqueta "de luxe" de aluminio inyectado, bastante más pesada que el la carrocería de lámina de plástico del coche baratillo, así que aunque el coche sea más lento al arrancar el tener más peso le proporciona divertidos derrapes en suelos lisos. Mejor vida dando trompos que cogiendo polvo en una vitrina.


Motorizar una maqueta estática I

Este fue un regalo del amigo invisible a mi tía Tonica. En su día ella también tuvo un 600, pero de verdad, y aunque el coche era una maqueta estática para decoración decidí hacer un divertido apaño para convertirlo en teledirigido, y se lo volvimos a regalar meses más tarde. En plena época de crisis había mucho tiempo libre, y un proyecto como éste se llevaba muchas de esas horas perdidas. El apaño consiste en buscar un coche donante baratito al que se le quita la carcasa y se aprovecha toda la mecánica y la electrónica, y al receptor toca hacerle los ajustes necesarios para que todo entre dentro y funcione adecuadamente. Afortunadamente encontré uno que encajaba perfectamente en su interior. Como extra se añadieron luces e intermitentes que se encendían al girar las ruedas.
 Bocetos previos a lo Foose...bueno no hacían falta en este caso muchos dibujos, sólo elegir el color blanco huevo propio de los seiscientos de la época, las chapas de color rojo y amarillo venían soldadas y decidí mantenerlas en los mismos colores.

El color importa, también

En este caso, se trataba de dar un aspecto más propio de coche clásico de los 70 a una versión más "macarra" de overhaulin' tuneado. Esta era una serie de coches teledirigidos inspirada en los muscle car americanos de los 60-70 en versión remozada, algunas de las cuales me parecían poco afortunadas, ésta en particular. Al fondo, en la pantalla aunque algo borrosa, está la imagen que quería recuperar, para no tener problemas de copyright no la pongo, pero si se busca Plymouth Barracuda se verá de qué coche se trata.

El color importa

Esta es una pequeña serie de entradas de "reconversión" de juguetes, coches de maquetas estáticas que se han pasado a teledirigidos (con un coche donante "low cost") o teledirigidos low cost a los que les he dado una apariencia diferente para que parezcan de más calidad.

Este primer ejemplo es un Lamborghini Murciélago en un color amarillo muy pobre, con una definición un poco tosca de los detalles, y que pasó por el taller de chapa y pintura para adecentarlo un poco y darle un toque de clase. Particularmente para los coches, que son máquinas tecnológicas de acero o metales nobles, me parece poco afortunado pintarlos de colores planos. La pintura ha de ir en consonancia con la tecnología. Los tonos metalizados, y en concreto los grises, encajan mejor con el concepto de un objeto metálico creado para dominar la velocidad.