Este es
un proyecto de restauración particular, la radio de mi abuelo Telefunken Opereta
del año 58-59 aproximadamente. Me trae recuerdos de cuando era pequeño, en los
años setenta. Lo primero que hacíamos al llegar a casa después del colegio era coger la merienda, el
bocadillo de nocilla, y bajar al corral a jugar con las bicicletas o con
la pelota. La radio estaba en el comedor-estar que da al corral, una pequeña habitación
con un gran ventanal, donde también estaba el televisor Radiodina en blanco y negro. Al centro de la habitación estaba la típica mesa camilla redonda, que entre las cuatro patas tenía una placa de una especie de fibrocemento con un agujero central para colocar un brasero, y cómo no, forrando la mesa entera un mantel de tela gruesa que casi llegaba al suelo. La Telefunken solía estar en marcha a esas horas. Mientras jugábamos se
oía de fondo música, noticias, el consultorio de Elena Francis...
Eran tardes divertidas, de rebuscar en el aparador donde mi abuelo guardaba
las rosquilletas y el chocolate redondo de barra (que aún se comercializa hoy)...mis hermanas y yo no dejábamos ni las migas. Luego teníamos remordimientos por haber
dejado a mi abuelo sin rosquilletas, pero con la perspectiva del tiempo, y
viendo que ahora hago lo mismo con mis sobrinas, es obvio que las compraba para
nosotros.
Mi
abuelo tenía un buen reclamo para que bajáramos a su casa y le hiciéramos
compañía. En realidad no le hacía mucha falta, porque bajar a jugar al corral y
al jardín de la casa era como estar toda la tarde en un parque, pero las
rosquilletas eran todo un premio extra. Cuando abro una de las portezuelas del
aparador donde se guardaban las rosquilletas aún persiste el aroma del anisete,
si algún científico está interesado en los viajes en el tiempo debería empezar
por conocer a fondo el sentido del olfato.
Al
fallecer mi abuelo mi padre subió a su estudio la radio, en aquella época no
había una radio ni una televisión en cada habitación como ahora, así que aún
estuvo en marcha unos años más hasta que tuvo un nuevo reemplazo.
Fue a principios de los ochenta cuando mis
padres se fueron de viaje a Ceuta y Melilla, clásico viaje turístico-duty free
de entonces, como los que se hacían a Andorra, de donde todos venían con
compras “tecnológicas”...más bien el pack estándar, a saber: la radio con
cassete Sanyo, la cámara de fotos Yashica, la calculadora Casio, un reloj
digital con alarma ...y para los peques las típicas mini-teles de juguete con
visor de mini diapositivas. A partir de entonces con el nuevo radio-cassette en
el estudio la Telefunken se quedó arrinconada en una estantería, letargo que ha
durado más de 30 años. De vez en cuando, si le cogíamos a mi padre el flamante
radio-cassette, la volvía a poner en marcha. Incluso a veces yo la ponía en
marcha, porque se oían emisoras de muchos países. Creo que la última vez que la
encendí fue hace 20 años, y entonces aún funcionaba.
El año
pasado la volví a sacar para ver en qué estado estaba, pero esta vez no la puse
en marcha. Desde que retomé la afición por la electrónica, casi al mismo tiempo
que empecé a escribir en este blog, también he estado documentándome, sobretodo
a través de blogs, foros y youtube, en temas de electrónica y radios a
válvulas, y la regla de oro antes de iniciar una reparación y de volver a
encender un equipo antiguo es revisar posibles cortos, defectos visibles y
medir componentes críticos. Cualquier precaución es poca con un equipo que
tiene un valor histórico y sentimental irremplazable, y vale la pena hacer un
buen análisis del estado del equipo, cuyos componentes tienen sesenta años,
para no tener un desagradable chispazo de graves consecuencias irreparables
nada más conectarla.
(Videos
de youtube recomendados: Mr Carlson Lab, Ignacio Baquedano, Carles Bótia.)
En un
primer vistazo se ve que ya debieron repararla en los setenta o incluso antes,
el transformador de alimentación no es el original, en otros videos he visto
que el original tenía un marco metálico bordeando el núcleo de hierro y que
éste a la vez servía de mecanismo de unión al chasis. La lámpara rectificadora
EZ81 Marconi tampoco era la indicada en el esquema de la tapa, que era una EZ80 y que sería de marca
Telefunken como el resto, y se ve más limpia que las demás. Hay un condensador
electrolítico debajo del chasis de color azul que tampoco es original, así que
intuyo que el año que cambiaron la corriente del pueblo de 110V a 220V, o por
algún despiste posterior, la radio tuvo un pequeño percance....transformador
quemado y rectificadora fundida, posiblemente también el filtro y alguna cosa
más. Aún hay componentes que no he revisado a fondo, pero a primera vista es lo
más evidente.
Se puso
un nuevo transformador “Galeón”, marca nacional supongo, aparentemente de no
muy buena factura, pero funcional, también el que lo cambió no se complicó
mucho la vida para instalarlo (ni tampoco tuvo mucho esmero en conservar los
tornillos originales, faltan unos cuantos), además cortó y empalmó cable
eléctrico del que se empleaba en las bombillas incandescentes y zanjó el asunto
con cinta aislante.
Tres de las lámparas aún tienen los sellos de las tasas y el logotipo de Telefunken, aunque en una de ellas sólo queda el adhesivo del sello. A medida que vaya limpiando iré revisando el resto de componentes.
Tres de las lámparas aún tienen los sellos de las tasas y el logotipo de Telefunken, aunque en una de ellas sólo queda el adhesivo del sello. A medida que vaya limpiando iré revisando el resto de componentes.
Como
guía he descargado la documentación relativa a la radio y sus componentes de
radiomuseum.org, porque es imprescindible para aquellos componentes ya
sustituidos o dudosos el poder conocer el valor predeterminado por el
fabricante, ver si están dentro de las tolerancias y los umbrales de tensión
admisibles, y en su defecto poder saber cuál es el mejor reemplazo. Aún teniendo
la documentación original hay datos del esquema eléctrico que están un poco
confusos, dado que es un dibujo de los años 50 delineado, donde los números y
letras están rotulados a mano y en algunos casos es difícil descifrar o
distinguir entre una μ o una p en el valor de los condensadores. Afortunadamente hay una
lista de componentes mecanografiada, donde se aclaran bastante bien las dudas,
pero aún así hay al menos dos condensadores que no están en la lista.
_intro
Mr Carlson Lab__
Paul
Carlson es para mí un referente en cuanto a la reparación de equipos
electrónicos, he visto muchos de sus videos, muy sensato y racional, con apoyo
de lecciones docentes acerca de diversos componentes y equipos, además tiene una
excelente locución en inglés para aprender
el idioma y acostumbrar el oído, de algunos se aprenden aspectos
técnicos y teóricos, y de otros lo que no se debe hacer. También, aquí más cerca, tenemos unos magníficos videos de
Ignacio Baquedano y Carles Bótia, imprescindibles en la reparación de radios europeas
de esa época (y también más antiguas y más modernas), algunas de ellas
similares al modelo Opereta, y por lo tanto los considero como referencia de
los pasos a seguir. En definitiva lo que me interesa de todos ellos, aparte de
aprender teoría eléctrica y circuitos de electrónica, son las técnicas y el criterio a seguir en este tipo de
reparaciones, tech-tips, ver qué herramientas y equipos utilizan para reparar y
cómo se usan, trucos, medidas de seguridad...Para este caso particular he de
decir que me conformo con que la radio se ponga en marcha y pueda sintonizar
emisoras, y sé que inevitablemente tendré que reemplazar muchos componentes.
Hay algunos puristas que prefieren dejar la radio conservada tal y como estaba con componentes originales, aunque estén defectuosos y la radio suene con ruido o chisporroteos, pero no es mi caso. No quiero restaurarla para meterla en una vitrina de museo y que no la pueda tocar nadie, o reparar lo justo y que falle dentro de un año. Si la arreglo es para sacar de ella todo su potencial y que la reparación la conserve muchos años activa, conservando todo aquello que pueda, pero si para mejorar la calidad de la recepción o el sonido he de cambiar algo no tendré ningún reparo en hacerlo (de todas formas, y conociendo mis limitaciones técnicas y teóricas, no creo que cambie nada sustancial o que exceda mis conocimientos).
Hay algunos puristas que prefieren dejar la radio conservada tal y como estaba con componentes originales, aunque estén defectuosos y la radio suene con ruido o chisporroteos, pero no es mi caso. No quiero restaurarla para meterla en una vitrina de museo y que no la pueda tocar nadie, o reparar lo justo y que falle dentro de un año. Si la arreglo es para sacar de ella todo su potencial y que la reparación la conserve muchos años activa, conservando todo aquello que pueda, pero si para mejorar la calidad de la recepción o el sonido he de cambiar algo no tendré ningún reparo en hacerlo (de todas formas, y conociendo mis limitaciones técnicas y teóricas, no creo que cambie nada sustancial o que exceda mis conocimientos).
En el
caso de Paul Carlson, su criterio es reemplazar todos los condensadores
electrolíticos y de papel, que por su propia construcción y composición son
propensos a fallar con el paso del tiempo y el uso. Aunque marquen un valor de capacidad dentro de la tolerancia, con el tiempo la degradación del papel dieléctrico hace que se comporten como una resistencia y dejen pasar la corriente continua. Normalmente como en este
tipo de radios casi todos los componentes están debajo del chasis ocultos a la
vista, reemplazarlos por unos nuevos no supone ningún problema, la estética
exterior se mantiene intacta casi al 100%. Como buen ingeniero, además de
reparar, su know-how le permite ir un poco más allá, analizar el circuito en
cuestión y ver de qué manera puede mejorar el comportamiento del equipo, y por
supuesto a la hora de reponer componentes garantizar que escoge los de mayor
calidad y durabilidad. Coincido con él en ese sentido, no obstante sólo hay uno en el que voy a hacer un
“overhaulin”, se trata del doble electrolítico del filtro de entrada, el único
que queda a la vista al exterior del chasis. En mi caso lo voy a vaciar para
poner en su interior los dos condensadores nuevos, con los bornes debidamente aislados, protegidos y con la precaución de hacer unos pequeños orificios de ventilación a la carcasa antigua.
Cuando
uno se enfrenta a este tipo de retos piensa si lo que diseñó el ingeniero era
realmente lo mejor que podía disponer en aquella época, o si tuvo que
sacrificar en el diseño algunos componentes de calidad o valor nominal por
otros más económicos en aras de producir una radio al alcance de las masas (bueno, a unas 3.500 pesetas de la época, unos 900 euros de hoy...de pocas masas).
Por
ejemplo, los condensadores electrolíticos de estas radios, grandes y
aparatosos, apenas tienen valores superiores a 50μF, y el reemplazo actual es
mucho más pequeño en volumen con las mismas prestaciones. Normalmente para
eliminar el rizado tras el rectificador de onda y las interferencias de la red
se emplean condensadores con valores altos en capacidad y voltaje,...si hubiera
sido posible emplear uno de mayor valor...¿Lo habría hecho así el técnico*? ¿Es
posible añadir mejoras al esquema de cada radio mejorando los valores nominales
de los componentes?. Como indica
Ignacio Baquedano en la reparación de la radio Telefunken Sonata cuando
justifica la sustitución de dos condensadores con valores de 1.000v y 2.000v, el
condensador de tono y el de la grilla de la lámpara de salida respectivamente: “es
un señor condensador con 220K... he seleccionado los condensadores que más tensión
tenían, es importante... pero cómo pueden haber ahí 2.000V... tú ponlo alto,
mucho mejor que poner cualquier valor teórico que se te pueda ocurrir, contra
más alto mejor, más te durará”
*En el caso de un condensador de filtro, la válvula rectificadora a la que está asociado es la que especifica el valor de ese componente. En los datasheets de las válvulas suele ser 50μF el valor máximo.
*En el caso de un condensador de filtro, la válvula rectificadora a la que está asociado es la que especifica el valor de ese componente. En los datasheets de las válvulas suele ser 50μF el valor máximo.
En
principio no me interesa que la radio se oiga más fuerte, pero sí que no tenga
ruidos de fondo procedentes de la fuente de alimentación, que tenga una buena
recepción de señal, y ya puestos que los componentes que ponga tengan la
suficiente calidad para durar al menos otros 30 años y de ser posible ayuden a
conservar y proteger los componentes originales, especialmente las válvulas. No
va ser una radio que se encienda todos los días, pero sí al menos en ocasiones
especiales.
Adicionalmente
he de decir que esto no va a ser coser y cantar, aún reemplazando componentes
es necesario tener instrumental adecuado para hacer ajustes. Espero no tener
que tocar componentes sensibles de la circuitería del oscilador y
sintonía, las zonas más delicadas en
cuanto a ajustes, ya que hay muchos componentes como condensadores variables y bobinas
cuyos valores tienen mucha tolerancia, y que se han de ajustar con generadores
de radiofrecuencia y con la ayuda del osciloscopio, o en su defecto con el
oído. Si se desteclan esos circuitos al sustituir uno de sus componentes hay que "calibrarlos" de nuevo. Confío al menos que al ser los componentes de esta zona más estables en
el tiempo no tenga que cambiarlos.
Como
preámbulo de todo esto he tenido que construir un transformador de aislamiento,
un mini cuadro de protección y un circuito limitador de corriente mediante una
lámpara incandescente, es imprescindible para conectar con seguridad la radio, pero eso será cuando tenga las comprobaciones del estado del transformador y verificado que
los filamentos de las lámparas se encienden, sustituidos los condensadores
críticos, etc. Aparentemente el transformador “reemplazado” muestra los dibujos de
las bobinas como si el primario estuviera independiente del secundario y de los
auxiliares de 6,3V, 4V y 1V, ...ver si realmente es un transformador de aislamiento o es un autotransformador...otra cosa por comprobar, no me fío.
__entrada
transformador de aislamiento__
Otro complemento muy importante en su día de las
radios y televisores a válvulas era el estabilizador de tensión, ello se
justifica si nos remontamos a los años 60, con una red eléctrica fluctuante y
con muchos picos de tensión y posiblemente mucho ruido. Eran algo parecido a
los SAI que empleamos actualmente con los ordenadores, pero sin la capacidad
para almacenar corriente en caso de fallo de suministro. En casa tengo tres,
los cuales he de revisar también por si acaso, aunque actualmente tenemos mayor
estabilidad en la línea eléctrica y no serían necesarios, sí me preocupa que la
radio sea sensible a los armónicos de la red. Por tensión no sería problema, ya
que el transformador de la radio admite
entrada de 110V, 125V y 220V. Estos equipos son básicamente grandes
transformadores, con un par de condensadores, bastante pesados, donde los
bobinados actúan a la vez como filtro, y en caso de microcortes o picos de
tensión actúan como atenuadores.
Limpieza
y desmontaje.
Para
arreglar algo lo primero es una buena limpieza cuidadosa, limpiar con
delicadeza y en profundidad ayuda a detectar fallos, componentes deteriorados,
evitar falsos contactos... y en mi caso evitar el engorro de ensuciarme las
manos, no soporto trastear con cosas sucias y tener que estar lavándome las
manos continuamente. ¿Falsos contactos?
Sí, las telarañas, el polvo, el hollín, forman caprichosos caminos por
donde puede fugar la corriente, sobretodo altos voltajes, si a ello le añadimos
un poco de humedad como tenemos en Valencia, a pocos kilómetros del mar...ahora
se entiende el concepto “sinergia”... No, no son paranoias mías, me pasó con
una fuente de alimentación de un ordenador.
Después
de treinta o cuarenta años debajo de una funda que le hizo mi madre, bastante
degradada ya, era de esperar encontrar una radio también llena de polvo, por fuera
no demasiado gracias a la funda, pero por dentro era otro cantar. Con tanto
polvo dentro decidí dar una primera pasada con el compresor. El aire a
presión aplicado con cuidado y con
mesura es lo mejor para quitar el polvo suelto, hay que tener la precaución de
no aplicarlo de golpe sobre la membrana de los altavoces, el golpe sobre el
cartón puede degradar los amortiguadores perimetrales, en ocasiones son
frágiles y quebradizos si eran de goma-espuma ...ni sobre las bobinas de
antena, son de un hilo muy fino y un golpe de aire puede desorganizarlas.
Mientras
duraba el confinamiento del Covid-19 he aprovechado para hacer una nueva funda
de hule, el material de los manteles de la mesa de la cocina, en blanco. Hay
pocas opciones en las tiendas de los chinos, era blanco o con cuadros, frutas
variadas o diseños de fantasía...menos mal que el blanco es muy socorrido. Es
un material fácil de limpiar por su superficie plastificada, e internamente
está forrado con un velo de algodón que evita que se adhiera al barniz. Por
hacer un guiño a la marca he impreso con la láser una termo-calcomanía del logotipo. Se
imprime en espejo sobre el papel encerado de las etiquetas adhesivas en A4 y se
aplica con cuidado con la plancha a temperatura intermedia, con la precaución
de interponer un papel de cocina sobre el papel encerado para hacer una transmisión lenta y difusa del calor, y evitar ensuciar la suela de la plancha si algo sale mal. Siempre se hace antes
una prueba sobre un retal, para no correr el riesgo de quemar, derretir o
deformar el hule. Debajo del hule he colocado un trozo de cristal térmico, vale una superficie sólida y plana, pero este cristal es mejor, es reciclado de un antiguo foco de 500w. Tras la plancha, mientras está caliente el plástico se presiona y repasa con un borde romo el dibujo, como los antiguos "letraset" o "calquitos" para asegurar la fusión y adherencia entre el plástico y el toner. El cierre lateral con velcro facilita el montaje y permite ceñir la funda sobre la radio.
Para abrir la tapa posterior de la radio hay
unas pestañas atornilladas, se afloja el tornillo y se deslizan a través de
unos colisos. La tapa posterior es un cartón bastante grueso, de unos 5mm, que
con el tiempo se ha deformado un poco, además tiene pequeñas marcas producidas
por ataques de xilófagos del papel (los pececitos de plata antidiluvianos), son
sólo superficiales pero en algunos puntos afectan a la serigrafía de la tapa y algunas letras se han perdido, nada
del otro jueves que un servidor no pueda arreglar. Desdoblar el cartón en
cambio requerirá un poco de calor y humedad para llevarlo al sitio.
La
radio tiene otros elementos delicados, el frente del dial es un cristal
serigrafiado, y está en muy buen estado, aunque tiene un par de puntos donde se
ha separado un poco la pintura del cristal. No se nota mucho y sé que si intento
arreglarlo sólo voy a empeorarlo más (aunque intentaré buscar algún remedio en
internet). Los botones del sonido y el dial son de plástico y estos sí son
delicados de manipular, con el tiempo el plástico se vuelve frágil y quebradizo. Parece que tenían un filo dorado en los bordes, se aprecian restos de una especie de latón sulfatado, en otros modelos similares mejor conservados está. Tienen unas pequeñas muescas por donde se accede al
tornillo que los sujeta a los ejes del potenciómetro y de las poleas de sintonía
respectivamente. Para sacarlos primero hay que desmontar el chasis para tener
buen acceso a ellos, la inclinación de la chapa entelada de los altavoces
impide que se puedan retirar adecuadamente sin dañarlos. De momento se aplica 3
en 1 o afloja-todo para que vaya disolviendo el óxido de los tornillos.
Para la segunda fase de limpieza ya es
necesario desmontar el chasis de la caja y para ello lo recomendable es sacar
primero las lámparas, y si han perdido la serigrafía del cristal conviene con
un rotulador indeleble o de tinta-esmalte renombrarlas. Para retirarlas conviene
identificar primero de qué tipo son, y consultar por internet algún tutorial de
cómo extraerlas sin deteriorar los pines ni romper el cristal o los zócalos. La
serigrafía original es delicada, si no se limpian las lámparas con cuidado y
con los productos adecuados puede que se deterioren. El alcohol o el disolvente
universal probablemente las borrarán, por tanto es aconsejable humedecer un
paño con agua y frotar sólo el cristal que no tiene la impresión, a veces
incluso el frotar con un paño húmedo puede deteriorar la serigrafía. Si la
suciedad es sólo polvo basta con un paño humedecido, si es grasa se puede
quitar con alcohol o KH7, siempre sobre un paño y poca cantidad, que no se
escurra líquido al frotar y evitando los contactos.
Para
los pines de las lámparas lo mejor es limpiador de contactos (contact-cleaner CRC
o similar), y en este caso aplicando sólo a los bornes, ya que el limpiador de
contactos también puede dañar la serigrafía. Si se ven muy ennegrecidos
conviene raspar la suciedad con cuidado con un palito de madera recto o un borde metálico
no muy afilado y volver a rociarlos con limpia contactos. El cristal de las
lámparas es ordinario, no es como el de las bombillas halógenas que no hay que
tocarlo, así que no pasa nada si se toca con los dedos sin guantes, de hecho es
conveniente no llevar guantes para evitar que se escurran de las manos, son
caras y difíciles de encontrar. Como precaución cuando se limpien conviene
tener un paño o una bandeja de fondo acolchada por si se caen, y mientras
esperan a que se limpie el resto de equipo y se vuelvan a montar he optado por
forrarlas con plástico de burbujas.
Con las
lámparas a salvo se procede a destornillar el chasis de la caja. Primero se
retira una chapa inferior de cartón forrada de una lámina de aluminio, protege
la parte interior de los componentes del chasis y sirve como cierre de la
“jaula de Faraday” que constituye el chasis. Hay un cable soldado a esta
plancha de aluminio para conectar galvánicamente la tapa al chasis a través de
un remache, que para no incordiar lo he etiquetado y desoldado. Los cables que
van al altavoz desde el pequeño transformador de sonido los he cortado
directamente, los he de sustituir porque el recubrimiento está muy degradado y
también los cables están demasiado rígidos. Sólo resta quitar los cuatro
tornillos inferiores para liberar el chasis de la caja con cuidado de que no se
caiga y se rompa el cristal del dial.
Una vez
separadas ambas piezas es más fácil limpiar el resto.
Precauciones
con el chasis. Es de acero galvanizado, por lo general se conserva muy bien
pese al polvo, de hecho el polvo actúa más como una capa protectora que otra
cosa, siempre que no haya asociada agua o un alto componente de humedad. Si la radio ha
estado muchos años almacenada en una planta baja o un cobertizo el riesgo de
que haya oxidación es mayor. Aquí discrepo con muchos métodos de limpieza que
he visto en internet y voy a argumentar claramente el porqué no se deben limpiar así los chasis de acero galvanizado:
Método
de limpieza del chasis con lavavajillas y agua. TOTALMENTE DESACONSEJADO, por
dos motivos. El primero es que el acero, aunque esté galvanizado, suele perder
ese recubrimiento en determinadas zonas, especialmente por las aristas donde a
veces no se ha conseguido un buen recubrimiento, o si ha habido roces durante
su manipulación, también en los taladros y roscas post- galvanizado que se
hacen al chasis para pasar cables o tornillos, ya sea en fábrica o en
reparaciones posteriores, en las zonas donde se ha raspado el chasis para hacer
soldaduras de cables o las uniones de los botes de frecuencia intermedia a
masa, etc... El recubrimiento
electrolítico de zinc es de pocas micras de espesor, y aunque esté endurecido
con cromato azul es una capa frágil y que se puede deteriorar fácilmente. En
definitiva el acero galvanizado tiene un buen grado de conservación siempre que
se tomen las precauciones adecuadas, si el agua y los químicos del jabón atacan
esas zonas ya deterioradas del acero puede que la corrosión progrese tras la
limpieza a mayor velocidad.
El
segundo motivo es que he visto hasta meter debajo del fregadero todo el chasis,
componentes incluidos, y darle jabón con una brocha o cepillo, esto es
sencillamente una barbaridad, el chasis galvanizado sale limpio y reluciente
sí, pero ¿a qué coste?...si el acero se oxida... el cobre de los cables, el
latón de los zócalos, los condensadores variables de plata-mica... no son una
excepción, ¿me dejo algo? Sí, los potenciómetros, agua dentro de un
potenciómetro es condenarlo a un fallo prematuro, el agua y la electrónica son
incompatibles... ¿me falta algo más? Sí, cualquier componente como resistencias
o condensadores antiguos que estén
levemente dañados o tengan cuarteados sus revestimientos van a sufrir por capilaridad
el acceso de esa agua jabonosa, un componente con un leve deterioro, que en
condiciones secas sería totalmente inocuo, con la presencia de agua puede ser
potencialmente peligroso para la integridad del mismo y de los que le rodean o
dependen de él. Si el agua altera la conductividad del componente se mermarán
sus propiedades, si ese componente adquiere alta temperatura y el agua no se ha
evaporado puede reventar o deteriorar el revestimiento protector, si se evapora
pero sus residuos se han mezclado con el material del componente igualmente se
habrán mermado o alterado sus propiedades.
Método
de limpieza con cepillo metálico, TOTALMENTE DESACONSEJADO. Un cepillo de púas
metálico, aunque sean púas finas, puede deteriorar el galvanizado, aunque
no lo parezca y se vea reluciente, el cepillo raya la superficie del galvanizado. El problema
reside en que el acero recién cepillado tiene un color similar al del
galvanizado y no se nota, pero si se deja esa chapa en un ambiente húmedo a
través de cada surco se producirá el progreso de la corrosión, y será más grave
y extenso que en caso anterior. En esta foto junto al zócalo de la lámpara EZ80 se ve daño producido al galvanizado por el técnico que cambió el transformador de alimentación, raspó y soldó al chasis un cable de tierra (abajo a la derecha).
MÉTODO
RECOMENDADO, lo mejor para limpiar el chasis es hacerlo con un paño de
microfibra o hisopo de algodón empapado en alcohol isopropílico. La microfibra
va muy bien en superficies lisas y extensas, retiene muy bien la suciedad y no
deja pelusas. El hisopo es mejor gastarlo en pequeños rincones donde no llega
la microfibra, por no hacer muy tediosa y discontinua la limpieza no aconsejo
emplearlo para todo el chasis, además hay que evitarlo en contactos o en zonas
donde las fibras de algodón puedan engancharse. Generalmente la suciedad es
polvo y a veces grasa o nicotina de tabaco, o humo y vapores emanados de
componentes deteriorados o derrame de electrolitos, el alcohol se evaporará sin
dejar residuos. El limpiador de contactos también funciona bien, pero es muy
caro y conviene reservarlo a las partes más delicadas como contactos de
zócalos, clavijas, interruptores y potenciómetros, y ante la duda en algunos
componentes lo mejor es no tocar nada y dejarlos como están. Vale la pena quedarse
con un chasis medianamente limpio, aunque no sea brillo de lavavajillas, que
dañar el metal y los componentes de la radio con algún producto inadecuado.
La aguja del dial estaba deformada, la parte inferior baja más que las levas metálicas de las teclas y va golpeando en ellas. Además de enderezarla pondré una pletina de plástico por encima para que no vuelva a pasar y deslice más fácilmente. El cartón del dial también está roto y muy deformado, lo sustituiré por algún tipo de plástico más rígido.
La aguja del dial estaba deformada, la parte inferior baja más que las levas metálicas de las teclas y va golpeando en ellas. Además de enderezarla pondré una pletina de plástico por encima para que no vuelva a pasar y deslice más fácilmente. El cartón del dial también está roto y muy deformado, lo sustituiré por algún tipo de plástico más rígido.
En los
zócalos cerámicos de las válvulas se aprecia que hay como una ligera capa de
hollín de aspecto metalizado, con la microfibra y unas gotas del limpiador de
contactos se elimina sin problemas de una pasada.
En el ojo mágico la serigrafía del logotipo de Telefunken se ha quedado pegada a la goma que rodea esta lámpara, así que al volver a colocar el cristal habrá que alinearlo con cuidado.9 mayo 2020
Reparación de la serigrafía del cristal. Analizando bien el estado de la pintura, y viendo que era imposible de sacar el logotipo de Telefunken que se había pegado al capuchón de goma del ojo mágico, he decidido pintar las faltas con esmalte sintético e intentar reconstruir el logotipo de Telefunken, pero sin las letras. El dorado es una especie de veladura, porque es translúcido y en la penumbra deja pasar la luz de la bombilla, así que hay que ir con cuidado de no taparlo con la pintura oscura. Afortunadamente en la zona del ojo mágico el dorado queda cubierto por la goma de éste y no hay problema en que el dorado sea opaco, la pintura que voy a emplear en el logotipo es una especie de gouache o acrílico con purpurina dorada similar al tono existente. Una vez finalizado he de poner un par de láminas de fieltro o papel a cada lado para que del calor del ojo mágico no se vuelva a pegar la pintura.
Aún con un pincel fino esta pintura dorada no permite delinear bien las figuras, porque tiene un poco de grumo, así que una vez seco con la ayuda de un bisturí y la regla se recortan y perfilan las líneas.
Para el fondo oscuro he empleado una mezcla de esmalte sintético negro y marrón "tabaco". Hay que aplicarlo con cuidado, sin arrastrar, sólo tocando con las cerdas para evitar arrastrar el dorado, y en la zona donde se había despegado la pintura que no se despeguen más capas. En los bordes perimetrales y en los taladros de los botones la pintura se despega al acceder el aire, he repasado las zonas más afectadas dejando una generosa capa de pintura que selle las arista en ambos planos.
El chasis está sujeto a la caja de madera a través de unos aisladores de goma, bastante deteriorados (y falta uno), así que he comprado un surtido de gomas que se emplean normalmente como pasacables para que estos no rocen con la chapa, que también servirán para sustituir los de la parte superior (arandelas de goma, anillos de junta, rubber gromets).
Próximamente :
Limpieza y restauración de la caja de madera. Barnizado. Limpieza de elementos decorativos de latón.
Reparación de la electrónica, comprobación de componentes, sustitución de los elementos deteriorados, pruebas de funcionamiento. Reemplazo de tornillería defectuosa, oxidada o perdida.
Montaje final
Telefunken 2. Preparativos
http://boscohurtado.blogspot.com/2020/05/radio-telefunken-opereta-1846-ii.html
Telefunken 3. Reparación de la electrónica
http://boscohurtado.blogspot.com/2020/05/radio-telefunken-opereta-1846-iii.html
Telefunken 4. Prueba de funcionamiento y montaje final.
http://boscohurtado.blogspot.com/2020/07/radio-telefunken-opereta-1846-iv-prueba.html
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