domingo, 24 de marzo de 2019

Restauración de fachada y cubierta en vivienda unifamiliar.


Restauración de fachada de una vivienda de 1914, con muros de mampostería y ladrillo. La intervención consistió en eliminar todo el revestimiento deteriorado de la planta baja por la humedad, el saneado y consolidación del soporte, y la ejecución del nuevo revestimiento con mortero de cal y posterior acabado con pintura al silicato. En la planta primera al no haber problemas de humedad y estar el soporte en buen estado tan sólo fue necesario masillar y reparar las fisuras. 




En uno de los laterales del muro la sección estaba recrecida con mortero prácticamente sin áridos y en un grosor de más de 6cm, que fue necesario eliminar y recrecer posteriormente en varias capas.


 Saneado de todo el enfoscado hasta alcanzar la base del muro original


 
Primera capa de enfoscado.


 Aspecto tras las aplicar una segunda capa de regularización y la capa final de acabado fino.

 Todo el acero de las rejas presentaba una oxidación excesiva, con un notable incremento del volumen de óxido y exfoliación en lajas. Afortunadamente tras el saneado quedaba suficiente sección para mantener las rejas originales, tras el cepillado y la aplicación de un convertidor de óxido se procedió a soldar unas nuevas garras para afianzarlas a la obra. Las zonas en contacto con el mortero se imprimaron con galvanizado en frío.


El zócalo de hormigón hidráulico se reconstruyó con la misma sección del original, pero esta vez con piedra de Godella, también de uso tradicional en todos los zócalos y recercados de huecos de las casas de la época. Dado que actualmente es complicado y costoso ejecutar toda la sección en una pieza se dividió el zócalo en tres partes, además de esta manera era posible aplicar diversos acabados en ella, apomazado y abujardado. La colocación se realizó con varilla de acero inoxidable y maestras verticales de cemento cola dejando una “cámara” de aire al trasdós para permitir que respire la pared. Una de las ventajas de esta piedra es su porosidad y la presencia de pequeñas coqueras que permiten que el vapor de agua generado al trasdós pueda evaporarse.






Adicionalmente se intervino en el antepecho y en la cubierta para reparar problemas de filtraciones.Este tipo de solución con antepecho, tradicional en las viviendas valencianas de principios del siglo pasado, presenta generalmente el mismo problema de filtraciones debido a una inadecuada sección y pendiente del canalón de recogida de aguas. Este problema se agrava además por el tipo de piezas cerámicas con el que se confeccionaba, que presentan gran número de juntas y resaltos entre ellas, donde suele acumularse polvo y tierra o mortero deteriorado de la propia cubierta, dando lugar a la proliferación de plantas que a su vez generan más problemas de fisuras y filtraciones por la acción destructiva de las raíces.

En este caso se ha optado por anular completamente dicho canalón y ejecutar otro nuevo fuera del ámbito del antepecho para garantizar la estabilidad del mismo. En ocasiones parte del frontón central se resuelve con pilastras que apoyan por un lado en la fachada y por otro encima de las tejas, actuando como puente sobre el canalón de recogida de aguas, siendo en ocasiones un verdadero peligro en el caso de deteriorarse el mortero de las tejas.


Para la correcta ejecución e impermeabilización del canalón  se ha levantado un ámbito de 1,4m de ancho de tejado desde la fachada, se ha eliminado todo el mortero de las tejas y se ha llegado hasta el tablero de ladrillo original. Sobre éste se ha ejecutado un nuevo tablero y  canalón in situ de hormigón con pendiente del 1,5% hacia la bajante (de origen la pendiente era prácticamente nula). Para garantizar la estanquidad se ha forrado todo el canalón con EPDM de 1,0mm de grosor suministrado en rollo, para evitar tener uniones o empalmes.

 La protección del EPDM para evitar la incidencia de la radiación solar se ha realizado con chapa de acero inoxidable de 0,6mm, plegada mediante prensa según patrón de proyecto. Anteriormente empleaba chapa de zinc doblada en obra, pero la ventaja de hacerlo con chapa inoxidable en taller especializado permite, además de la precisión y limpieza de los pliegues, ampliar un par de milímetros el ancho de las secciones solapadas para evitar bultos o deformaciones en los empalmes (en este caso la limitación es de 2,5m por suministro y para que pueda ser mecanizada la chapa en la prensa).






















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