miércoles, 22 de marzo de 2023

Restauración silla de madera

 Silla de madera de la primera mitad del siglo XX.


Durante 20 años ha estado en un cobertizo, hace un par de años que la tenía en la lista de objetos de casa a restaurar. Es una silla ligeramente más baja de lo normal, unos 5cm menos de altura, lo que la hace ideal para trabajos donde hay que estar un poco más bajo. Entiendo que serían sillas para costura o para la máquina de coser, para no tener que encorvar la espalda y tener la cabeza más cerca de la zona de la aguja y el canillero. Existen otras dos en otras de las casas de la familia (y siempre hay una máquina de coser antigua) de las que he podido tener la referencia de acabados. Aparte de la degradación de la madera y de contrachapado por el efecto del sol y la intemperie, una de las patas traseras estaba rota a la altura del asiento. Afortunadamente apenas tenía daños por carcoma y pese al aspecto visual el estado de conservación era bueno, ideal para una restauración extrema.

En primer lugar procedí a reparar la pata rota, para lo cual era necesario hacer un refuerzo poco convencional. Por el diseño de la silla, en el punto donde se rompió la pata había dos empalmes con vástago en dos  direcciones ortogonales, lo que implica dos huecos que dejan sólo las cuatro aristas de la pata como elementos resistentes.

 En este punto la dirección de las fibras de la madera no era exactamente paralela a la directriz de la pata, lo que provoca que se produzca la rotura por la tracción paralela a las fibras, que es la dirección más débil de la madera. Para reforzar ese punto opté por introducir varillas de 6mm en tres de las aristas con un empotramiento de unos 10cm a cada lado del punto de rotura. En primer lugar las encolé para alinear y fijar la geometría de la pata. En una segunda fase procedí a colmatar con resina los huecos entre las barras de acero y la madera.

 

El siguiente paso era desmontar por completo el resto de la silla, ya que el resto de uniones estaban medio sueltas, algunas de ellas se habían repasado con poco acierto con cola blanca y había que volver a encolarlo todo de nuevo. Para ello es importante marcar con cinta y rotular todas las uniones y documentarlas y no tener sorpresas luego. La mayoría de uniones salió sin problema con la ayuda de la maza de goma, en cambio algunas de las piezas atornilladas costaron más de sacar.



El problema de los tornillos antiguos de ranura plana es que con el tiempo las ranuras pierden la definición, y unido a la oxidación que los gripa contra la madera, se convierten en un verdadero quebradero de cabeza. En estos casos hay que repasar con el dremel y un disco fino de corte de metal las ranuras haciendo un poco más honda la ranura...el problema es cuando aún así se parte el vástago del tornillo y éste se queda dentro de la madera. Como las uniones atornilladas en este caso son de las escuadras de las patas y no se puede cambiar de lugar el tornillo hay que proceder a extraer la punta con el dremel y una fresa, y luego hay que repasar el hueco con una broca para encajar un nuevo inserto de madera.

 Las uniones hay que volver a limpiarlas, eliminando todo resto de la cola antigua y repasando los enjarjes machos y hembras para que todo encaje perfectamente.


Una vez listas todas las piezas y previo el montaje en seco para comprobar que todo encaja se procede al encolado.


Tras la unión de las piezas se han de colmatar con resina todas las uniones donde la pérdida de la madera ha sido excesiva, así como algunas grandes fisuras en las patas para garantizar que no se partan. 

 
 
 

En una de las bases de las patas se ha tenido que hacer una reconstrucción con resina por estar totalmente degradada la madera y faltar casi 1,0cm de material para llegar al suelo.

Aunque la idea inicial era conservar toda la silla en su estado original, el contrachapado del asiento no tenía remedio. La chapa exterior se había separado y despegado además de haber perdido muchos trozos, no valía la pena repararla y se ha sustituido por un doble tablero de contrachapado encolado.

 Finalmente para igualar el tono de toda la silla y disimular los refuerzos de resina en un tono más oscuro he optado por teñir toda la silla con nogalina. Como acabado he preferido no barnizarla, las otras dos sillas no lo están, pero había que dar una protección, así que después del preceptivo tratamiento anti-carcoma y anti-termita la he encerado.

 




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