Este es
un proyecto que hace tiempo tenía en mente, por mi afición a la fotografía y a
la óptica, y por su relación con la arquitectura, pues la imagen y sobretodo la
representación de la realidad y la ficción son claves en esta profesión, y a lo largo de la
historia, tanto en la pintura como en la arquitectura, siempre se han querido
desentrañar los misterios de la perspectiva.
Uno de
tantos instrumentos que se han empleado para representar con exactitud la
realidad ha sido la cámara oscura. El invento consistía en una habitación con
un pequeño agujero de forma cónica que daba al exterior, proyectándose en la
pared opuesta una imagen, sobre la que podía disponerse un lienzo en el que
repasar la escena observada. Antes del renacimiento ésta era la única forma de
visualizar una imagen real como si fuera una fotografía, pero esto tenía varios
inconvenientes: tan sólo es posible visualizar el paisaje o escena inmediata
que se situaba enfrente del agujero y
la imagen obtenida era muy tenue e invertida, y obviamente la imposibilidad de
transportar la cámara a otro lugar.
Con la
aparición de las lentes de vidrio, que aumentaban la cantidad de luz de la
escena y permitían el enfoque, se pudo reducir el tamaño de la cámara oscura a
tan sólo una caja que podía ya transportarse fácilmente.
Así
pues el tamaño de la caja queda limitado únicamente al tamaño del lienzo que se
quiera dibujar, pues cada lente en función de su curvatura determina una
distancia focal específica (distancia desde la lente al papel donde se enfoca
la imagen), además la distancia de enfoque también depende de la distancia de
los objetos respecto a la lente, siendo necesario realizar pequeños ajustes en
la distancia de la lente al papel hasta encontrar una imagen nítida.
Johann
Zahn fue un pionero en el desarrollo de cámaras con lentes y espejos para
mejorar y corregir los inconvenientes de las primitivas cámaras oscuras, y el
funcionamiento de éstas es el mismo que emplearían más tarde las cámaras
fotográficas sustituyendo el papel sobre el que se repasaba la imagen por una
placa fotosensible.
El modelo que se muestra en esta entrada es una versión en cartón de aquellas que
realizara Zahn en madera, y como mejora a efectos didácticos le he añadido un
“iris” para permitir la capacidad de enfoque de la imagen. Idéntico
funcionamiento tienen el ojo humano y las cámaras fotográficas actuales.
La
cámara oscura aquí descrita la construí como un complemento al taller
desarrollado por Empar Vañó (con la colaboración de Nuria Tamarit y Héctor Conesa) en la semana de la arquitectura organizada por el Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana. En dicho taller, el trabajo creativo con las “cajas mágicas” ayuda a los
niños y no tan niños a comprobar y representar fielmente la perspectiva en el
papel tal y como la ve el ojo humano, sin el filtro que ejerce el hemisferio racional
del cerebro. En estas pequeñas cajas se realiza una sencilla
distribución interior, a la que se pueden añadir pequeños objetos decorativos,
y en ellas se puede observar, fijando la vista sobre un punto y viendo la caja
en profundidad, cómo fugan las líneas hacia un punto. Sobre un acetato ubicado
en la cara frontal es posible repasar esas líneas y dibujar la escena interior. Luego con un papel vegetal se puede volver a calcar el dibujo del acetato para completar, mejorar la escena y colorearla.
Semana de la arquitectura COACV 1-2 octubre de 2016
En la
réplica de la caja oscura de Zahn adopté un modelo que tiene un cristal en la
cara superior y un espejo interior a 45º que refleja la imagen invertida de la
cámara oscura primitiva, pero éste sólo invierte la posición vertical, quedando
la imagen invertida horizontalmente como se ve en un espejo. El objetivo del
cristal es colocar sobre él un papel vegetal o traslúcido que deje pasar
parcialmente la luz para visualizar la escena. Si el papel vegetal se repasa por
su trasdós contra otro papel en éste se obtendrá el “positivo” de la escena
observada.
Para
construirla empleé cartón principalmente por el tema del peso y la facilidad
para construirla, pues era únicamente para hacer una demostración sencilla y
práctica del invento, y no tenía en mente desarrollarla como algo más
profesional. En internet hay muchas webs sobre las cámaras oscuras sencillas,
en cajas de pequeño formato, basadas en hacer un pequeño agujero en un papel de
aluminio adosado a un lateral de la caja, pero casi nada respecto a cómo hacer
una con lentes, así que a partir de aquí todo es investigación propia a base de
ensayo-error y suerte para encontrar la lente adecuada.
La
primera opción con la lente fue una lupa de gran tamaño, unos 7,5 cm y unos 15
aumentos, sin embargo esta enfocaba a una distancia demasiado corta y el tamaño
de la imagen enfocada era muy pequeño, con otra más pequeña de 4cm de diámetro
y 10 aumentos el resultado era igual de malo. La idea era encontrar una lente
capaz de enfocar a un tamaño similar al de un A3 para dibujar. Tras probar con
varias lentes encontré una que empleaba con la antigua réflex para hacer
macros, tan sólo 3 aumentos de 52mm, y otra más pequeña de una vieja cámara
también de 3 aumentos que fue la que finalmente escogí. La distancia a la que
se enfoca una escena de una habitación oscila entorno a 40cm (más o menos según
la distancia del objeto a la lente).
El
tamaño elegido para la caja fue de 45x32x24, la caja ya la tenía y se adaptaba
bastante bien al tamaño de un A3. Como variante a la cámara de Zahn, donde es
el objetivo el que se mueve para enfocar, en mi caso introduje un espejo
montado sobre un “cajón” móvil, de forma que al avanzar o retroceder éste
dentro de la caja se enfocan los objetos más lejanos o los cercanos. El iris
permite el enfoque más preciso en todas las distancias cerrando el diafragma,
no obstante lo que se gana en enfoque se pierde en luminosidad. Todo el interior de la caja ha de ser de color negro mate para que no hayan reflejos de luz ajena a la escena a proyectar.
En esta
cámara es fundamental tener una gran cantidad de luz procedente del exterior y
una tela negra muy tupida para poder hacer bien las observaciones en el papel
vegetal en total oscuridad. Otro inconveniente es que al emplear el plástico
transparente del soporte del papel (que en cierta manera también actúa como
espejo) se generan a veces imágenes fantasma que entorpecen la visión. También
es importante hacer un buen parasol a la lente para que no lleguen fuentes de luz o reflejos indeseados que se mezclen con la luz de la escena.
Materiales:
Caja de
cartón y cartón adicional para el soporte del espejo y tapa
Cartomat
negro 1mm (conjunto iris y lente)
Cartulina
negra (forrado interior de la cámara)
Espejo 30x30cm
Plástico
transparente (es conveniente que sea anti-reflejos)
Lente
de 3 aumentos
Palillos
de pincho (unión y ejes del iris)
Listones
de madera 1x1cm (soporte plástico transparente)
Plástico
negro 0,1-0,2mm (láminas del iris y parasol)
Tela
negra
Cola
blanca
Super-glue
CutterTaller "la caja mágica" : Empar Vañó, Nuria Tamarit y Héctor Conesa
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