Últimamente, como la coyuntura acompaña y hay muchos ratos ociosos empecé a rastrear por internet la evolución de los ordenadores hasta nuestros días, éste es un "post" de viejos ordenadores que he tenido y cómo en mi caso particular han pasado de ser una herramienta de trabajo, forzosa por necesidad, a una afición más, que a la postre me ha ahorrado muchos gastos en técnicos informáticos, ....y me ha proporcionado muchos quebraderos de cabeza.
Al principio los ordenadores de uso doméstico que empecé a tocar eran poco más que videoconsolas, o más bien videoconsolas readaptadas al uso informático, porque en los años 80 el que tenía un Atari o un Amstrad o un Comodore básicamente lo empleaba para jugar a Space Invaders o al comecocos. Por lo general, y como eran caros, solía ser el juguete de un amigo o familiar “rico”. Recuerdo pasar muchas horas los fines de semana con un Amstrad que le regalaron a mis primas. Perfectamente podían costar el equivalente a medio sueldo de la época y más, eso si se disponía de televisor adecuado para conectarlo, claro, si no había que comprar aparte el monitor.
En el año 83 un spectrum o un commodore 64 costaban casi 40.000 ptas de la época (240€). La verdad es que poca cosa se podía hacer con ellos, pero por aquel entonces hice muchas prácticas programando en basic con el Amstrad de mis primas y con un Atari 65XE que le compró mi padre a mi hermana en el año 86, que vendían conjuntamente con un curso de Basic, al que sin duda le eché cientos de horas programando con ese lenguaje, programas que acabaron en cintas de cassette que espero perduren para la posteridad...
En el 86-87 mis amigos de Castellón tenían un recién estrenado pc de IBM, un lujo de aquella época, tenían algunos videojuegos de geometría muy sencilla y cutres, con un monitor monocromo. Muchos de los juegos que tenían los programaban ellos en basic, eran “simuladores” basados en juegos de rol y similares, la verdad bastante aburridos, aunque como eran de una programación muy sencilla con instrucciones INPUT, IF – THEN a base de preguntas y repuestas ( mediante números se mostraban en pantalla los números de las respuestas a elegir y entonces el programa avanzaba a la sentencia siguiente que planteaba otra pregunta con otras tantas posibles respuestas) permitían aprender a programar mientras se copiaban manualmente al ordenador. Recreaban historias y situaciones que se podían modificar con facilidad al antojo del usuario, y lo realmente divertido era alterar esa configuración o modificar las respuestas y plantear situaciones absurdas. Adicionalmente se podía mediante la introducción de números aleatorios en las sentencias la opción de que la suerte decidiera la respuesta o camino a elegir.
Otro programa que recuerdo bien era un simulador de inteligencia artificial del Amstrad en la cual el ordenador tenía una serie de animales memorizados en el programa, y mediante preguntas que él hacía y las respuestas que el usuario seleccionaba tenía que adivinar de qué animal se trataba. El juego podía implementar nuevos animales a su base de datos, cuando con las preguntas que él tenía programadas no daba con el animal adecuado, en ese caso incorporaba el nuevo animal con las características de las respuestas que el usuario introducía, era un programa muy sencillo y sin más interfaz que el texto, pero era muy divertido también, ya que uno podía inventarse animales de características especiales.
Atari 65XE con unidad de cassette para guardar y cargar programas
Con el Atari 65XE se podía experimentar con sonidos y gráficos, muy limitados en ambos campos, pero llegué a hacer incluso sencillos programas para representar curvas y objetos en un modesto panel de 320x200 píxels a 16 colores o 16 tonos de esos 16 colores, para subir más la resolución a 640x400 había que reducir a tan solo un tono, con pantalla monocromática de cualquiera de los 16 colores estándar, y tampoco se podía hacer gran cosa. Algunos de los programas que hice podían mediante fórmulas matemáticas representar curvas diversas, desde círculos o elipses a parábolas, cicloides, etc. Básicamente consistía en dar valores a X de forma automática con un bucle FOR X=0 TO 1000, y mediante una ecuación Y=(la ecuación deseada) y la función PLOT X,Y se dibujaba un punto en la pantalla, el bucle se cerraba con la instrucción NEXT X. Podía también darse una serie de números en una sentencia que el programa leía en orden y dibujar otro tipo de figuras. En fin, aquello no era autocad, pero me vino muy bien en los primeros años de carrera para aprobar el álgebra y el cálculo, sobretodo en problemas de funciones, de cálculo de áreas, integrales, etc, a la vez que le hacían a uno más fácil entender las funciones, coger soltura con la trigonometría de senos y cosenos (fundamentales para dibujar círculos y elipses), así como aplicar en los casos de sistemas de ecuaciones y los cálculos de raíces programas de los métodos resolutivos. Las funciones y ejercicios se podían programar rápidamente para visualizar las gráficas y áreas. Un amigo me recomendó ya en los primeros años del pc que no perdiera mucho tiempo con aquel atari, pero a falta de otra cosa mejor no dejé de emplearlo hasta el año 93, cuando compramos el primer ordenador para casa, un 486 DX33.
Por aquel entonces ya estaban los ordenadores “clónicos”, clónicos de los IBM claro, un ordenador así iba montado casi artesanalmente a piezas, el 486 venía “de fábrica” montado en una placa Foxen configurada con un montón de jumpers (de la que hoy en día es imposible encontrar referencias y manuales en internet, por casa debe estar aún el manual de la placa), con un disco duro de 170MB, 4mb de memoria RAM, una tarjeta gráfica Trident de 1MB de memoria VESA LOCAL BUS (que por lo visto en la época era toda una innovación, y de la que conservo los manuales fotocopiados, ya que entonces todo era OEM), una disketera de 3,5” y su teclado y ratón,.... costaba 80.000 ptas. El monitor que compramos era un Sunshine de 14” de resolución máxima 800x600 píxels a color, a más resolución 1024x720 (que según cómo y en qué condiciones sí admitía) era insoportable para la vista. En monitores no había mucho donde elegir, era un poco mejor que el estándar que ponían entonces de marca desconocida, y lo cierto es que bueno.. bueno... lo que se dice bueno...no lo era tanto, no sé como sería el estándar de malo, éste Sunshine costaba 60.000 ptas en lugar de las 40.000 del otro. En aquella época que le tomaran el pelo a uno debió ser el pan nuestro de cada día, porque nadie tenía ni idea de calidades ni rendimientos en este nuevo sector de la informática, la única manera de aprender y ponerse al día era con la experiencia y comparando con lo que tenían los amigos. Mi amigo Oscar se sorprendía porque mi DX33 parecía tener un rendimiento similar o superior a su DX50, cuando cuatro años después mi procesador se quemó averigüé que se montó “overclockeado”, efectivamente comprobé en la BIOS que estaba trabajando al nivel de frecuencias de un DX50, y entonces los procesadores se montaban a pelo, sin disipador y sin ventilador. Pero no adelantemos acontecimientos.
En estos primeros ordenadores muchas configuraciones se tenían que hacer con jumpers en la placa base, y el resto con la BIOS, si la configuración no era la adecuada el ordenador podía ir más lento, o acabar bastante mal. Solían tener un botón "turbo" la mayoría de las carcasas, que hacían que el procesador fuera a menos velocidad (la mitad), contrariamente a lo que parece que debiera hacer, ya que la versión turbo era la velocidad nominal del procesador, y por tanto ese botón estaba permanente encendido, ...en resumen: no hacía overclocking.
Con el ordenador base, un MS-DOS versión 5 de serie y unos cuantos programas copiados en el disco duro uno empezaba a notar el rendimiento enseguida. Se acabaron las engorrosas puestas a escala con los rotrings, pasar trabajos a máquina, copiar y pegar con fotocopias de por medio, ahora todo era más fácil, tenía un acabado más profesional y hacer correcciones era lo más sencillo y rápido del mundo, más que ahorrar horas de trabajo, que al final se hacían las mismas, lo que permitía era aumentar la productividad y la extensión del trabajo a realizar.
Al poco de empezar a trabajar con el ordenador uno empezaba a notar que aquello se iba quedando corto y limitado, el disco duro empezaba a colmatarse rápidamente de archivos de trabajo y programas, y era vital al cabo de un año ampliar la memoria de almacenamiento con otro disco duro. El nuevo disco de 500Mb costó unas 10.000 ptas (60€). Pronto apareció el CD-ROM en multitud de aplicaciones y programas, y la necesidad de instalar uno era más que evidente. Para ello era condición indispensable instalar una tarjeta de sonido, no sólo para poder oír música, sino además porque la propia tarjeta llevaba un bus de datos adicional al que conectar el CD-ROM y poder emplearlo como disco de datos, porque con los dos discos actuales conectados a la tarjeta controladora existente no había otro zócalo disponible. Entre tarjeta y CD-ROM volaron otras 25.000ptas. Como dato curioso mencionar que el modelo de SOUND BLASTER que se puso en este ordenador tenía mejores prestaciones que otra posterior PCI que puse en otro ordenador, que se suponía que con los avances de la técnica debía ser mejor, ni siquiera el software adicional la superaba, no tenía posibilidad de manejar bajos y agudos por separado ni tenía el text reader de la antigua.
El desembolso más gordo, o al menos el que más me dolió a mi bolsillo fueron los 16Mb adicionales que tuve que añadir para poder desenvolverme con soltura para realizar mi Proyecto final de carrera, unas 36.000 ptas, para lo cual me pateé todas las tiendas de Valencia próximas a la Universidad para encontrar el precio más bajo. Finalmente cuando compramos el nuevo ordenador, un pentium II a 233Mhz, al 486 sólo le faltaba por añadir una tarjeta de red, para poder conectar ambos entre sí, y hacer una pequeña red doméstica con cable coaxial para compartir datos e impresora. Y casi no cabía nada más dentro de él, sólo quedó un zócalo ISA libre y poco más.
En cuanto a sistemas operativos pronto le pusimos un MS-DOS 6.2, y más tarde una versión de Windows 3.1. De aquella época también quedan toda una cantidad ingente de diskettes con infinidad de archivos y aplicaciones, algunos de los cuales estarán más que de sobra duplicados en otros cd’s y soportes y otros se perderán porque será inviable leer los diskettes. Un truco que empleábamos en la época para intentar reducir costes era comprar diskettes de 3,5” de menor densidad, que sólo tenían 0,72Mb de capacidad, la mitad de uno normal, se le perforaba el hueco que tenía grabado para engañar a la diskettera y lo reconociese como uno de 1,44Mb y si había suerte y no se jugaba mucho con él se podía hacer funcionar el invento. Luego uno tuvo que empezar a lidiar con temas inexplicables que ocurrían en los ordenadores, comportamentos anómalos propios de películas de ciencia ficción....y aprender y aplicar la famosa frase "apaga y vuelve a encender".
Entonces uno no sabía por qué de repente el ordenador se apagaba solo. Y los técnicos de entonces tampoco. Tal era el problema que repararlo me llevó a dos o tres casas de informática y un par de técnicos que no daban con el fallo que tenía, algunos incluso lo tenían toda la noche entera funcionando sin problemas....Y el fallo residía en que con los multiplicadores del reloj por encima de lo normal el procesador aguantaba hasta una cierta temperatura, a partir de la cual para evitar males mayores se desconectaba automáticamente. Adicionalmente la pantalla del monitor, que supuestamente era mejor que el estándar, de repente se volvía rosa, perdía el verde de la pantalla, lo cual no hacía más que aumentar la agonía de aquel ordenador. Finalmente la solución pasó por cambiar el procesador, transcurridos sólo cuatro años fue todo un logro encontrar un repuesto, un 486 DX66, y esta vez sí se le puso un rudimentario disipador.
Para acabar de redondear las 200.000 ptas que costó en total el ordenador adquirimos una espléndida epson 800 stylus en blanco y negro a 360 ppp que costó unas 60.000 ptas, a la que saqué mucho partido, pues permitía imprimir con el ancho del A4 hasta casi 90cm de largo de papel y con una calidad más que aceptable, llegué a cambiarle el cabezal hacia el 97 y volvió a funcionar como salida de fábrica, y pronto quedó de lado más por problemas de suministro de tinta que de otra cosa, estas impresoras eran muy sensibles a cartuchos supuestamente compatibles, motivo que obligó a cambiar el cabezal. Es una lástima tener que retirar máquinas tan robustas y bien diseñadas en detrimento de otras más modernas que al cabo de apenas tres años se han estropeado sin remedio, simplemente por la falta de calidad de sus componentes.
Dado lo caro que resultaba entonces, y ahora, tener un ordenador, y siendo uno aficionado a destripar y arreglar, o a intentar arreglar cosas...el paso siguiente era superar el temor a reparar algo tan caro y meterse de lleno a ello. Lo fácil fue cambiar discos duros, añadir tarjetas y memoria, lo complicado vino después, el atreverse a desmontar por completo uno o incluso comprar por separado todas las piezas y montar uno de cero. Durante los primeros años de trabajo prácticamente renovaba el ordenador cada dos años, el anterior pasaba a otro miembro de la familia. En cuanto a actualizaciones y ampliaciones no tenía reparo alguno en cambiar las piezas, eso sí el procesador ya era cosa seria y montar una torre entera palabras mayores, el riesgo de incompatibilidad de componentes y la configuración de la BIOS era lo que más me paraba los pies. Hasta el año 2004, en el que decidí aventurarme y montar de cero un Pentium 4 a 2,66Ghz, y pasada la prueba inicial vino otro pentium 4 a 2,4GHZ, un Core 2 duo E6400, un Quad 6600, luego hice un traspaso múltiple de procesadores entre tres torres al comprar un ACERPower FH y un Core 2 duo E8600, y finalmente lo último que monté fue un Core i7 870. A partir de ahí comencé con la recuperación de viejos equipos que habían empezado a fallar y que tenía apartados y poco a poco tuve que hacerme a la idea de ampliar mis nociones de electrónica para poder aprender a reparar aquellos ordenadores.
Mi primera frustración con la obsolescencia programada fue con el segundo ordenador, un pentium 2 a 233Mhz del año 98, falló antes de un año la placa base, una SOYO 6BE, y sin más trámite se cambió haciendo uso de la garantía, lo cual me dio muy mala espina porque a todas luces indicaba que los fabricantes de placas habian entrado en una guerra de precios a base de reducir costes en control de calidad. Les salía a cuenta sacar placas al mercado como fuera y cambiar aquellas que salieran defectuosas, y quien dice placa dice cualquier componente que entre en un ordenador. A los pocos años (no más de tres) falló la placa que sustituyó a la primera y empecé a buscar medios para evitar aquello.
Y finalmente hacia el final del año 98 pusimos al ordenador familiar un módem y lo conectamos a internet, y ese fue el pistoletazo de salida a mi afición por el hardware, y a partir de ahí los problemas y sus soluciones los fui encontrando en la web.
Mi siguiente ordenador, tras un fugaz uso de un Pentium 2 a 450Mhz, que acabó siendo el multiusos familiar, fue un pentium 3 a 1,0Ghz. Durante tres años fue un excelente equipo de trabajo, este casi lo monté yo, en realidad recuerdo que lo pedí por piezas aunque finalmente me lo montaron en la tienda, lo único que pude especificar con precisión fue el procesador y la tarjeta gráfica, uno tampoco tenía referencias de nada, la caja...la placa y el resto siempre eran una sorpresa, entonces habían pocas empresas fabricantes ya asentadas con un historial de calidad, las empresas de componentes surgían de la noche a la mañana y desaparecían con la misma facilidad. Solían tener dos o tres tipos de cajas de tamaño pequeño mediano y grande, y a veces de dos o tres modelos distintos, cada cual más feo, en esto del diseño exterior no hubo mucho interés al principio, las cajas eran austeras y funcionales, punto, y de color hueso. Y a este ordenador, una vez más, le falló la placa, una Aopen AX34.
En aquellos días lo único que uno elegía era entre AMD o INTEL y poco más, memorias, discos y otros componentes eran como “el vino de la casa”, las casas de informática trabajaban con pocos proveedores o con proveedores con pocas empresas de hardware, no había mucho donde elegir, aunque algunas marcas punteras eran fáciles de conseguir, tampoco habían muchos catálogos que se pudieran consultar on-line. Lo único que funcionaba bien era consultar a los compañeros que estaban de becarios en los departamentos para ver que equipos se gastaban en las altas esferas y que componentes empleaban. Entonces empecé a comprar revistas de informática para ampliar conocimientos sobre el tema, y sobretodo ponerme al día con las novedades y estar al tanto de los tests y pruebas que se hacían en ellas con los productos de hardware y software.
Para este equipo pentium 3, que inicialmente trabajó con windows 98, instalé una tarjeta gráfica Matrox G550 de 32MB, toda la memoria que admitía la placa base y un disco duro suficiente para no agobiarme en un par de años.
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Recuperación del ordenador 486DX66, parado más de diez años.
Caja y panel frontal, en formato minitorre.
Vista de la placa base Foxen Multiple 386/486
Hace una semana decidí rescatar de una caja el antiguo 486 del año 93, y lo primero que hice fue quitarle todo el polvo interior con la pistola de aire del compresor y desmontarlo a piezas, para limpiarlas bien de polvo y comprobar que no hubiesen condensadores dañados, contactos oxidados y otros defectos visibles.
Banco de memoria con 8 slots.
Procesador y zócalo para el coprocesador matemático, no era necesario en el 486 que lo integraba en el propio chip
Vista completa de la placa Foxen Multiple 386/486
Fuente de alimentación AT, de 200w
La primera reparación obligada fue la fuente de alimentación, cambié los condensadores del primario por unos nuevos, así como los condensadores de la salida de los voltajes, tres más, le conecté una lámpara de automóvil, un ventilador adicional y un disco duro para que no trabajara en vacío y le di al interruptor... arrancó sin problemas. Comprobé los voltajes con el multímetro para comprobar que estaban dentro de los parámetros: 3,3v 5,0v y 12,0v.
Aspecto de la batería soldada a la placa y del conector del teclado.
El resto espero que esté en condiciones. A la placa base sólo le tuve que cambiar la gruesa batería que integraba, estaba soldada, así que opté, en previsión de tener que reemplazarla otra vez sin desmontar el ordenador, conectarla por medio de bornes y enchufes. Esta placa no tiene ningún condensador electrolítico, así que si no hay daño en ninguno de los innumerables integrados que posee puede durar mucho, los componentes “secos” tienen una larga vida útil.
Discos duros de 500Mb y 170Mb. El sonido de estos discos es similar al ruido de perdigones cayendo al fondo de un jarrón de cerámica.
Los discos duros y la diskettera se conectaban a la placa a través de una controladora ISA, que además suministra los puertos com serie y paralelo. El led del disco duro se conecta también a esta placa.
La tarjeta gráfica en buen estado también, Trident 8900CL.
La tarjeta de sonido Sound Blaster, a la cual se conecta el Bus de datos del CD-ROM y la salida de audio de éste.
Disipador del procesador.
Una tarjeta de red con salida RJ45 y cable coaxial, la primera red que monté, que funcionaba con cable coaxial, sólo dio problemas, finalmente me agencié un cable de red de categoría 5 cruzado para unir los dos ordenadores que tenía.
Display led con los dígitos de la frecuencia del procesador, se cambian los segmentos moviendo los jumpers del trasdós del panel, en este caso ajustados a 66Mhz.
Monitor Sunshine de 14".
Pantalla de inicio donde la BIOS detecta los componentes instalados
Configuración de la BIOS de la placa base Foxen para el procesador 486 DX 66
Y esto es de momento lo más significativo que he encontrado en los discos duros y a lo que se puede dedicar este ordenador:
Juego Prehistorik 2, basado en plataformas, sólo funciona en entorno MS-DOS, hay que iniciar el ordenador con un diskette de arranque de MS-DOS o reiniciar windows con esta opción y acceder manualmente al directorio donde está instalado para ejecutar el *.exe
Un clásico arcade: Prince of Persia, también de plataformas, funciona en entorno MS-DOS y también dentro de Windows 95 bajo una ventana de MS-DOS. Hay que recorrer 12 niveles en menos de una hora para salvar a la princesa, luchando contra adversarios cada vez mas complicados de matar a lo largo de un laberíntico palacio lleno de trampas mortales. La espada se activa automáticamente cada vez que aparece un guardián con la tecla "Shift". Hay pócimas para recuperar vidas, otras que la quitan y otras que dan poderes....
Tetris 3D, se puede personalizar el ancho y alto de las cuadriculas y los niveles, con las teclas A,S,D se giran las piezas en las tres coordenadas X,Y,Z y con las flechas del teclado se mueven arriba o abajo e izquierda y derecha, con la barra de espacio se acelera la velocidad de caida....superAna tiene el récord.
Otro típico videojuegos matamarcianos, la nave ha de avanzar por un desfiladero rocoso lleno de monstruitos que intentarán acabar con ella, de vez en cuando (siempre que se consigue eliminar a la totalidad de los bichos que aparecen en cada pantalla) se pueden incrementar las armas de defensa, cada vez que se elimina a un bicho aparece una burbuja que hay que captar para sumar puntos....el monstruo final es una especie de nautilus que extiende sus tentáculos para destrozar la nave mientras envía contra ésta peligrosas minas explosivas.
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