sábado, 23 de mayo de 2020

Radio Telefunken Opereta A-1846 (II) Preparativos


Esta entrada es un “impasse” de cosas que voy adelantando mientras espero a que me lleguen algunos repuestos, especialmente condensadores.

Transformador alimentación. 
Para mejorar el anclaje al chasis de la radio he tenido que añadir unos perfiles de aluminio en L al armado, además he aprovechado para sustituir la tornillería, añadir una goma EPDM para amortiguar la vibración y reparar uno de los bornes de salida de 350V. 

 De paso he aprovechado también para hacer mediciones y comprobar que funciona correctamente con la ayuda de un transformador de aislamiento. En primer lugar necesitaba probar con una bombilla en serie el transformador para verificar que estaba en condiciones de seguridad y no presentaba ningún problema. La lámpara prende pero sin alcanzar su máxima intensidad, "no problem!!". Ello indica que el primario del transformador no está en corto. La cámara da la impresión de que el filamento brilla más debido a la sensibilidad a los infrarojos del sensor, en realidad el brillo es menor. Si además hubiera un corto en alguno de los secundarios también brillaría al 100% y no es el caso.
Entrada a 125V
 Voltajes de 4,0V+1,0V
 Voltaje de filamentos 3,15V+3,15V
Voltajes de 350+350V

Transformador de aislamiento con cuadro de control y limitador de corriente.
Mientras tengo la radio aparcada y medio desguazada he podido finalizar el cuadro de protección. Llevaba un par de meses esperando un contador de potencia digital y ha llegado esta semana. He tenido que modificar un poco el marco exterior de la caja de protección porque el contador es más ancho de lo que esperaba y ha venido justo aún limando los bordes laterales del marco, menos mal que compré el térmico unipolar, si no... no habría cabido. La ventaja de este medidor es la comodidad y facilidad para las lecturas, sin tener que estar con el multímetro y los cables por medio, sobre todo a la hora de medir amperaje, además tiene un botón para ver el factor de potencia del aparato conectado. Uno de los cables de  alimentación pasa directamente por su interior donde una bobina lee la intensidad de corriente que circula por él, igual que una pinza amperimétrica, sencillo y fácil de instalar.




Mediciones efectuadas con el soldador de 20W, al ser el elemento calefactor bobinado hay una parte de potencia reactiva, con un coseno de "fi" de 0,91

El transformador de aislamiento me permite conectar a él la radio a 125V, ya que hay dos devanados dobles en el secundario de 110V y 15V, que poniéndolos en serie permiten obtener 125V. Mediante una bombilla en serie se limita el paso de la corriente, de manera que para probar un equipo con un posible corto ésta se encenderá si existe tal contacto y evitará que se dañe el equipo que se está probando.

Tornillería y accesorios.
En esta restauración hay muchas pequeñas cosas que arreglar, y que consumen bastante tiempo. El principal problema de arreglar cosas viejas es el deterioro de los materiales, especialmente plásticos, gomas, metales, papel, tela...La radio es un compendio de infinidad de diversos materiales, donde cada cual sufre de distinta manera los achaques de la edad. También en un intento de dejar la radio lo más funcional y completa posible, y en añadir las mejoras que estime oportunas, se invierten muchas horas en ello, a veces arreglar un solo elemento consume toda una mañana. 
Un ejemplo son los topes de goma del chasis que lo sujetan a la caja de madera. La goma blanca ha perdido la elasticidad y se ha convertido en una pieza rígida y cuarteada, ya no puede cumplir su misión de reducir las vibraciones que produce el transformador y evitar el zumbido (hum) de los 50hz de la red. Por ello he tenido que reemplazarlos y además he tenido que fabricar una de las tuercas de aluminio que faltaba.

 Calor y un poco de "persuasión"

 También son del mismo material los ojales para proteger los cables al atravesar el chasis, que habrá que sustituir con cuidado, a la vez que se aprovecha para reemplazar también los cables deteriorados, o aumentar la protección de aquellos expuestos al calor, o que precisen un mayor aislamiento o blindaje frente a interferencias. Sustituir las gomas no es difícil, pero hay que ver primero qué cables las atraviesan para desoldarlos (documentar con fotos o esquemas), y que luego no hayan cables sueltos que no se sepa de dónde vienen o a dónde van.
Con el papel del dial pasa algo parecido, lo podría haber pegado, pero está muy rígido y deformado, y a la mínima se parte. Debe ser papel cubierto con alguna sustancia que le da cierta rigidez,  pero en conjunto está degradado. El color amarillento de debe a la oxidación del papel, intentar recuperar el blanco original requeriría algún químico como el cloro o el peróxido de hidrógeno, y no hay garantías de que recupere la consistencia inicial. He optado por sustituirlo de un papel con gramaje y características similares, el papel Caballo 106, el mismo que empleaba en la escuela para pasar dibujos a tinta. 


No es tan translúcido como el original pero servirá, la ventaja es que al ser más claro el contraste con el dial será mayor. El papel antiguo además estaba roto por la zona del hueco del ojo mágico, donde la sección es menor, así que he optado por reforzar esa zona y la de los remaches con fibra de vidrio en la nueva hoja, a la vez que he colocado una segunda capa de papel haciendo las veces de marco. No sé si le afectará el calor de la lámpara igual que al original, en cualquier caso es fácil de reemplazar, y también podría a una mala sustituir la bombilla incandescente por una de leds.

 Aunque tenía hojales cromados para los agujeros he decidio hacerlos con remaches de 3mm, más pequeños y más parecidos en tamaño a los originales.




Tratamiento de la madera de la caja. Desmontaje de altavoces y pulido del latón.
Como he de barnizar de nuevo la caja he desmontado los altavoces para evitar dañar o ensuciar la tela, bueno, eso después de hacer una prueba de pulido en una esquina, que sin querer he manchado la tela un poco. Los altavoces van sobre una tabla de contrachapado, casi toda la caja es contrachapado, así que puede salir todo en una pieza. 

 Para pulir el latón he empleado tres lijas, de 500, de 800 y de 1000, de metal, que aunque son al agua las he aplicado en seco ya que el latón es blando. El propio metal que se queda en la lija ayuda en la fase de pulido. Después de las tres lijas con un estropajo verde scotch brite se afina un poco más y se mitigan las pequeñas rayas, y luego se da la esponja de 3M para pulir plásticos,  que tiene por una lado una lija de grano 2000 aproximadamente. No he aplicado la pasta de pulir porque en este caso no hacía falta y es un engorro quitar los restos de la pasta que se quedan en los rincones. El ruido al frotar (yeep-yeep) y el brillo marcan el fin del proceso. En el marco de plástico de color marfil si que he aplicado la pasta de pulir, ya que estaba mate y sucio, y el pulido, además de dejarlo como nuevo, ayuda a que se ensucie menos.

Clavado a la chapa de los altavoces está el borde de latón que delimita la tela del dial, que también lo he desclavado para pulirlo. He tenido que pegar con epoxy un par de topes de plástico del marco de color marfil donde va atornillada la chapa de los bafles, de fábrica aplicaban una pintura a las tuercas para evitar que se desenroscaran, y al intentar aflojarlas los topes se han despegado del marco. Para el montaje final sustituiré las tuercas y tornillos por unos nuevos y aplicaré un fijador menos rígido o tuercas con tope.
 En este junquillo de latón sí que he aplicado laca para proteger el pulido, ya que si lo dejo en crudo y se oxida luego no se podrá abrillantar con el algodón mágico o productos similares sin manchar la tela. En el resto del marco no lo haré de momento, ya que no quiero exponerme a lacarlo, encintarlo para pintar la madera, y que al retirar la cinta me lleve detrás el barniz de metales. Aprovecho para limpiar un poco mejror los altavoces que aún tenían polvo adherido al metal y a los conos.

En la tela se ha quedado marcada la diferencia de tono entre el lado expuesto a la intemperie y el que quedaba oculto por la caja, y he aprovechado también para grapar la tela a la tabla en esa zona, porque los laterales se deshilachan muy fácilmente. De haber sido otro tipo de tela la habría desmontado y limpiado, pero esta es un tejido especial, bordada con finos hilos dorados, que prefiero no tocar mucho, además  está atravesada con los logos de “opereta” y Telefunken y tampoco quería sacarlos. La idea era limpiarla con vapor o algún producto específico de limpieza "en seco".
Después de aplicar y secar el producto de limpieza, y aplicar bicarbonato para ayudar a secar y absorber la suciedad, la tela no queda muy bien y es más evidente que está bastante deteriorada, finalmente he decidido sustituirla por otra similar.


Restauración de la caja.

Ya sólo con la caja vacía he aplicado un tratamiento anti-termita y carcoma, como tratamiento preventivo, ya que la madera está sana y sin ataques de xilófagos. Normalmente los aglomerados y contrachapados no son del gusto de los bichos. También es más cómodo tener sólo la caja para pulir el latón, ya que no me arriesgo a sacarlo del marco de plástico y doblarlo o marcarlo. He preferido hacer el pulido antes del lacado,  porque se hace mucho polvo fino y además con la lija podría rayar el acabado de la madera. Para pintar luego la caja sólo he de tapar con cinta de carrocero el latón y es más sencillo y seguro. Aún estoy pensando si aplicaré un barniz de metales al latón, ha costado bastante de eliminar la primera capa de óxido, que también debía ser en parte la misma laca con que se pintó la caja.

Antes con todos los bordes de latón oxidados, y después.

Decapado y pintura con poliuretano.
El barniz original es una colofonia, proceso similar al lacado de las guitarras, se diluye la colofonia triturada en alcohol y se van aplicando capas de barniz con una muñequilla de tela de algodón que tiene en su interior una estopada de hilos o algodón. No obstante visto la degradación que tiene y que apenas deja ver las vetas de la madera voy a barnizarla con poliuretano.
 Tras el lijado se procede a masillar rayaduras y algunos agujeros en la chapa. Hay que lijar bien la masilla, sobretodo si se hace mezclando cola blanca y polvo de la propia madera, ya que hace una capa impermeable que se notará luego al aplicar el barniz.

 Aplicación de nogalina con una muñequilla para unificar el color y subir un poco el tono.

Barnizado con barniz sintético de poliuretano.

 Se han dado tres manos de barniz, la primera la he dado con pincel para tapar el poro y nivelar las irregularidades de la madera. Tras cada capa se da un lijado con lija de 280 y 500 para eliminar irregularidades y afinar. La chapa de acabado es una lámina fina y tras el lijado del lacado original no quería desgastarla en exceso lijando. En la segunda capa he diluido un poco con aguarrás el barniz y la he aplicado con muñequilla para probar.  Estas fotos son de la última capa aplicada a pistola.
 Proceso de lijado y pulido de la última capa después de 1 semana de secado, con un par de sesiones de secado al sol.
 Primer lijado al agua con lija 500-600 para eliminar el efecto "piel de naranja" del barniz. Al estar ya todo el poro sellado no hay poblema en mojar la superficie.
 Proceso de lijado : 500-1000-1500-2000

 Pulido del barniz con pasta para plásticos, el que se emplea para los faros de coche, con el kit correspondiente de esponjas y lija 3000.
 Acabado final.

Tapa posterior
 Reconstrucción en aluminio de uno de los pasadores perdidos.



Reparación de uno de los botones y limpieza del latón.

El vástago central estaba roto, inicialmente estaba reparado sólo con pegamento (algo similar al pegamento imedio de toda la vida), y obviamente estaba roto de nuevo. Para dar la suficiente fuerza y rigidez a la unión hay que añadir fibra de vidrio y resina epoxy. En primer lugar se hacen unos taladros tangentes al vástago central y se pega con superglue, sólo para mantener la posición, tampoco el superglue es suficiente. A través de los taladros se pasan varias hebras por cada taladro y se fijan con superglue. Después se aplica una capa de resina epoxy en la base y se extiende por ella para aumentar la superficie de reparto de las tensiones. Los sobrantes de fibra se recortan.
 El color marrón del aro es el propio óxido del latón, al principio parecía plástico al que se le había puesto algún recubirimiento tipo purpurina, pero no, era el óxido. Se ha lijado con esponja de lijado al agua, gano 1000, luego afinado con lija de agua de 2000 y finalmente una esponja para dar brillo y pulir. Hay que dar algún tratamiento (algunos limpiametales dejan una fina pátina aceitosa) o alguna cera o aceite de vaselina para evitar que se oxide, pero mejor que no haga mucha capa, porque si no acaba entre las ranuras de los botones y luego cuesta más de limpiar. Si se va a usar habitualmente no es necesario, porque el roce de los dedos es suficiente para mantener el pulido.

Montaje del panel de los altavoces.
Ha sido necesario cambiar los tornillos que sujetaban la tapa entelada, al parecer de fábrica venían doblados y para sacar el panel tuve que retirarlos por completo. Los he vuelto a hacer con varilla roscada de métrica 4mm de acero galvanizado y también he tenido que repasar las roscas de los macizados de plástico del marco donde va encajada la tapa soporte de los altavoces. 



 



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