Con la llegada de los CD-RW y más tarde los DVD RW, cuyo coste era bastante asequible para hacer copias de seguridad de archivos y contenidos multimedia, pronto la colección de CD,s empezó a crecer más aún que la de diskettes y en pocos años se superaron en casa los 150, lo cual ya empezaba a ser un serio problema a la hora de organizar discos, que al principio iban en su correspondiente caja individual y finalmente acababan en tarrinas de 25, con el consiguiente riesgo de rayar los discos y la incomodidad de rebuscar abriendo cajas y buscando uno a uno los CD para encontrar un archivo específico.
Aparecieron en el mercado las unidades Disc Stakka que podían almacenar hasta cien discos cada una. Estas unidades no leen los discos, sólo los almacenan, es la unidad lectora o grabadora del ordenador a los que están conectadas la que realiza las lecturas a través de un software específico. Estas unidades organizan en una base de datos todos los discos que se introducen en ellas (y su contenido), simplemente metiendo el disco en la grabadora o lectora de CD o DVD, el software Opditracker reconoce el disco y lee automáticamente los archivos que hay en el CD y los almacena en la base de datos. Al disco hay que darle un nombre o código o número y la unidad a la que pertenece, y escribirlo en su superficie, para que después sea fácilmente identificable cuando está fuera de la unidad. Después de leerlo en la grabadora o lectora se expulsa y se introduce en la unidad Disc Stakka, ésta nos mostrará el nombre y detalles del último disco registrado para comprobar que es el mismo, de lo contrario entenderá que es una devolución de un disco previo y mostrará los últimos que se extrajeron, se acepta la opción correcta y la unidad está lista para almacenar más discos o extraer otros. Es importante que la unidad disk stakka se conecte a un ordenador con grabadora de CD o DVD que reconozca y lea los discos a introducir, de lo contrario los contenidos se tendrán que incorporar a mano tecleando los archivos correspondientes, y es bastante farragoso hacerlo así.
Carrusel del Disc Stakka
Es posible apilar hasta cinco unidades conectadas a un único cable usb, con lo cual se pueden tener hasta 500 discos controlados en el espacio que antes ocupaba un monitor CRT. Si se tiene en cuenta que la mayoría de discos eran ya DVD de 4,2 Gb de información cada unidad podía albergar hasta 420Gb. El coste de cada Disc Stakka rondaba los 150 €.
Foto de la unidad 1
Fotos de las unidades 2 y 3
También tienen la ventaja, una vez insertados los discos, que para extraerlos hay una opción para grabar a quién se le presta el disco, ya que después de mucho tiempo los discos se acaban perdiendo en casas de amigos o conocidos, y así es posible saber quién fue el último que lo utilizó. En la base de datos aparecen tanto los que quedan en la unidad como los que han sido expulsados en dos pestañas distintas, y es posible consultar por las propiedades de cada disco: su contenido (archivos y comentarios) y a quién se prestó. Este sistema fue útil antes de los discos de 500Gb y 1Tb, luego los precios de los discos duros externos bajaron y el coste de los Disc Stakka y los DVD’s ya no eran competitivos.
El mecanismo interno es sencillo, un carrusel con el borde dentado alberga en 100 casilleros numerados los discos, habiendo uno con un tope para que la unidad reconozca cual es el casillero “0” , una célula fotoeléctrica localiza ese tope, y un motor colocado en una esquina mediante una polea y engranajes hace avanzar el carrusel hasta el número adecuado, posicionándolo en la abertura principal, accionando hacia delante o hacia atrás el carrusel para que la búsqueda sea más rápida. Otro motor levanta la palanca de expulsar el disco y los dos rodillos de goma que extraen el disco del casillero por la abertura frontal. El único problema que tienen estas unidades es que las gomas de arrastre de las poleas con el tiempo pierden la elasticidad y el agarre, y cada dos o tres años más o menos es preciso cambiarlas, según la temperatura ambiental duran más o menos, y también largos periodos de inactividad las deforman, adoptando la forma que le imprimen las poleas y perdiendo su tensión y la tracción, afortunadamente se encuentran recambios de estas gomas con facilidad en tiendas de electrónica. Esto suele ser un trastorno la mayoría de las veces, si bien desmontar las unidades es fácil porque no tiene un mecanismo complejo, cuando hay discos dentro es una operación delicada. Con dos tornillos en la parte posterior se fija la tapa blanca superior, pero en la parte frontal tiene dos pestañas que entran a presión, hay que hacer un poco de fuerza a la vez que se levanta un poco la parte trasera para que se liberen las pestañas. Es muy importante antes de abrir la unidad haber hecho una copia de seguridad de la base de datos.
Tras quitar la tapa todo el mecanismo es accesible sin más instrumentos, hay que procurar extraer el carrusel sin modificar las posiciones de los discos, en el centro del mismo hay una pieza a modo de tuerca que impide que el carrusel se salga de su eje si la unidad vuelca, y es difícil sacarlo con los dedos sin expulsar accidentalmente algún CD, sobretodo cuando está lleno el carrusel con discos, pues hay que hacer un poco de fuerza para desbloquear esta pieza con un cuarto de giro de vuelta en sentido anti-horario, y generalmente salta de forma brusca...y algunos discos también...
Hay tres gomas que por lo general se cambian a la vez, por no tener que ir abriendo la unidad cada vez que falla una. Es prácticamente lo único que hay que arreglar si las unidades no funcionan. Las gomas que suelen fallar más a menudo son las del mecanismo de expulsión marcadas en naranja.
Detalle de las gomas que se pueden encontrar en las tiendas de electrónica. Hay muchos tamaños y para casi todos los diámetros que se encuentran en aparatos electrónicos hay repuesto, hay que tener en cuenta cuando se cambia una y se lleva de muestra que la nueva goma ha de ser ligeramente más pequeña para que se ciña bien a las poleas, pero tampoco mucho menos, un exceso de tensión puede acelerar su degradación. Se aprecia perfectamente una goma deteriorada que ha adoptado la forma que tenía entre las poleas. A veces pueden servir todavía para otro aparato si la goma no ha perdido toda la elasticidad. Muchos aparatos electrónicos que tienen piezas móviles emplean gomas y poleas. Generalmente también suele ser un problema en los lectores o grabadores de CD y DVD, a veces no sólo no permiten abrir o cerrar la bandeja, en algunos casos han perdido la tracción y son incapaces de cerrar a tope la bandeja y elevar el mecanismo de lectura, con lo que puede parecer que la unidad está defectuosa y que aparentemente el mecanismo de apertura y cierre funciona bien.
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