domingo, 27 de diciembre de 2020

Restauración Olivetti Divisumma 14 (I)

Estado inicial.


Estado tras la restauración.

Esta es una entrada de un regalo muy especial que me ha hecho mi queridísima amiga Mari Carmen por mi cumpleaños, que es todo un detalle, y doble regalo, por mi afición a la restauración y a la reparación de todo tipo de máquinas y artilugios. Todo empezó a raíz de una foto que me enseñó de una máquina de calcular parecida que tienen de decoración en la librería donde es voluntaria, aquella era una Remington Rand manual a palanca, y estuvimos comentando lo interesante que sería restaurar algo así.

Mi sorpresa fue cuando me hizo ir personalmente a recoger mi regalo del cumple a Valencia, al chico que se la vendió, con la excusa que era para recoger un libro...y “pedazo de libro”...lo traía en un carrito dentro de una enorme caja de cartón...no caí en la cuenta de que era para mí hasta que ví escrita en la caja el mensaje “No abrir hasta el ...” y a continuación la fecha de mi cumpleaños. Aunque en ese momento no tenía ni idea de qué se trataba, lo que estaba claro era que no había un libro dentro.

Quedamos pues para celebrar mi cumpleaños una semana antes de la fecha, porque temíamos que con el repunte del coronavirus en otoño nos volvieran a confinar, ...y bueno, aunqué podía haber esperado ansiosamente a abrir mi regalo en la fecha indicada, acordamos abrirlo ese día para que todos pudieramos disfrutar de mi cara de sorpresa...y satisfacción.

Celebramos el cumpleaños como tocaba, con la estupenda tarta de tres chocolates que preparó Mari Carmen y las velitas de rigor, ...y llegó el momento de abrir los regalos. El primero un libro recopilatorio de todos los modelos de Porsche regalado por Santiago, porque también era un sueño el tener un 911 clásico y restaurarlo como se ve en los videos de youtube...aunque nos conformaremos con la ilusión de verlos en el ordenador, y el siguiente era ese “pedazo” de libro...que a menos que fuera un incunable como los que se veían en “El nombre de la rosa” con sus gruesas tapas y herrajes para cerrarlo, debía ser otra cosa...Y mi pensamiento por tamaño y peso estaba más encaminado hacia una máquina de escribir....pero no, aunque casi.

Y no era una máquina de escribir, pero tenía teclas y un rollo de papel para imprimir en él...así que la sacamos de la caja y la inspeccionamos a fondo, porque de tan deteriorada que estaba la carcasa apenas se apreciaba el modelo y la marca...tenía una entrada para enchufe eléctrico y en el chasis había una etiqueta plateada en la que se habían borrado las letras “Hispano Olivetti”. Se trataba de una calculadora eléctrica, y con más detenimiento averiguamos que era la Olivetti Divisumma 14, la primera máquina eléctrica y mecánica en realizar operaciones de suma, resta, multiplicación y división, proyectada en el año 1948 y fabricada hasta mediados de los años 50, y que fue empleada principalmente en oficinas, universidades, estudios y comercios para realizar esas operaciones matemáticas rápida y “cómodamente”. Toda una pieza de museo de 70 años de historia a sus espaldas, tanto por su ingeniosa mecánica como por su diseño. De hecho está expuesta en el MOMA de Nueva York, el Centro Pompidou y en casi todos los museos relacionados con la informática como precursora de las actuales calculadoras de bolsillo.

El reto era, además de adecentar la deteriorada pintura de la carcasa, el ponerla en marcha y hacerla funcionar. La novedad de esta máquina, destacada en el manual de instrucciones que he podido descargar en pdf (en italiano), era que estaba diseñada para funcionar indistintamente tanto a 110V ó 220V en corriente alterna, y a 110V en corriente continua. Por tanto tenía un motor eléctrico y algunos componentes que debía comprobar antes de conectarla. 

 

 

El primer paso consistía en desarmar la carcasa, y el primer gran problema era que parte de las gomas que separan el chasis interno de la carcasa están totalmente deterioradas y descompuestas, y parecían más una brea viscosa que una goma. De momento ya empezaba a tener problemas para solucionar, y la goma que separa el panel del teclado de la carcasa también estaba deteriorada, aunque para esta pieza la solución ha sido imprimir un nuevo marco separador con la impresora 3D.

 El inicio de toda restauración o reparación es una buena limpieza a fondo, que ayuda a desentrañar poco a poco los misterios de la máquina, y a identificar de un primer vistazo piezas que pueden estar sueltas o tener algún tipo de deterioro. Lo cierto es que esta máquina por el estado de la pintura de la carcasa debió haber dado muchos tumbos de aquí para allá, y estar muchos años arrinconada tragando polvo. Afortunadamente presentaba poca corrosión interna, lo cual es muy bueno para estas máquinas con tantas piezas móviles delicadas, ya que cualquier traba en alguno de sus componentes puede ser fatal a la hora de ponerla en marcha. 

Tan sólo aprecié un muelle suelto que por suerte no fue difícil encontrar donde estaba anclado, y mucha mugre, que con abundante 3 en 1 ( WD40), limpiador de contactos (contact cleaner), y gasolina (mezcla al 3%) ha ido saliendo. Cabe señalar que este tipo de máquinas están diseñadas para engrasarse lo justo, en puntos estratégicos, y que no son muy amigas del aceite, que con el tiempo lo único que hace es trabar los mecanismos al adherirse el polvo a él y agarrotar las piezas. En general casi todas las piezas de acero están pavonadas o galvanizadas, y algunas más a la vista cromadas (el soporte de los rollos de papel por ejemplo). Casi todos los elemetos suelen ser de aceros de buena calidad y algunas piezas también son de acero inoxidable. La carcasa es de aluminio, y debo suponer que los topes de goma entre la carcasa y el chasis son para evitar el par galvánico por el contacto entre metales de diferente potencial. De hecho el deterioro que presenta la pintura parece provocado por la oxidación del aluminio más que por golpes o roces.


 


Precauciones a la hora de limpiar.

Como todo metal se desaconseja para su limpieza el agua y los ácidos, así pues para el chásis interno sólo he empleado alcohol isopropílico, contact cleaner, 3 en 1 y gasolina con mezcla de aceite 2T al 3%. El principal objetivo de estos productos es el de desincrustar y disolver los antiguos aceites, que con la suciedad han formado una capa densa y a veces petrificada de suciedad, pero también como se añade una cierta cantidad de aceite nuevo, éste ayuda lubricar los ejes y el contacto entre las múltiples palancas, bielas y chapas que componen toda la mecánica y que han de tener facilidad de movimiento. 

 


No todos los componentes metálicos se pueden limpiar de forma mecánica, por varias razones: la primera para no dañar el recubrimiento de los metales, la segunda por la dificultad de acceder a las partes internas de la calculadora, y la tercera porque hay muchos muelles delicados y finos que se pueden deteriorar o soltar si se deforman accidentalmente con algún instrumento de limpieza.

En un primer tanteo de la mecánica, mientras se prueba que todo funciona, no importa que se lubrique todo bien (con cuidado de no tocar las piezas eléctricas), pero como el exceso de aceite tampoco es bueno sobre las piezas, en caso de pasarse se puede aplicar el contact cleaner, gasolina pura o disolvente universal para diluirlo. En general bastan pequeñas gotas de aceite de maquina de coser o aceite de vaselina en los ejes y piezas móviles que rozan entre sí, palancas de las teclas, engranajes etc.

 Cabe destacar que hay que tener cuidado de no tocar con estos productos algunas de las piezas que están lacadas o serigrafiadas, como el panel que cuenta las posiciones de los dígitos, y tampoco el panel de fondo del teclado, ya que algunas pinturas se pueden disolver o manchar con ellos. El contact cleaner no puede tocar las gomas (tampoco adhesivos y determinados plásticos), puede dislverlas o volverlas viscosas y pegajosas. Para los botones por ser un plástico tan viejo tampoco se aconseja emplear productos como disolvente universal o acetona, en este caso sólo los he limpiado con limpia cristales (que suele llevar amoníaco) y los he pulido con pasta para plásticos y una esponja. El amoníaco tampoco puede tocar las gomas, algunas de ellas también puede disolverlas.



Resumiendo, para limpiar algunas  cosas con estos productos se ha de ir con un pincelito o hisopo y aplicarlo con cuidado para no afectar a otros elementos de la máquina.

Tras limpiar la máxima cantidad posible de suciedad sólo faltaba accionar los mecanismos poco a poco para ir destrabándolos. En este caso como aún no había probado el motor, ni verificado la integridad del mismo, me limité a mover manualmente las ruedas de los engranajes que atacaban contra él para ir poco a poco comprobando si todo estaba en orden...y con sorpresa verifiqué que iban moviéndose los elementos y que incluso se levantaban los tipos de imprimir...alguna operación se quedó a medias antes de dejar de funcionar...

Comprobaciones eléctricas.

Tras documentarme por internet y darle muchas vueltas a la máquina identifiqué tres piezas fundamentales en la parte eléctrica de la calculadora, básicamente el motor, un  condensador no polarizado y una resistencia o bobina (ambas más bien). La verdad es que en cuanto a la parte eléctrica no podía ser más simple, además de un par de interruptores que se activan de forma mecánica para avanzar o parar el motor y realizar las operaciones matemáticas. La ventaja de esta máquina respecto a las más antiguas es reemplazar la palanca manual a la hora de hacer las operaciones y además imprimirlas automáticamente. Y los diseñadores de Olivetti dieron con una solución sencilla, fiable y versátil para hacerlo posible, y además he de decir que bastante robusta para haber transcurrido tanto tiempo y que siga funcionando correctamente.


El principal problema que tenía era el condensador, un condensador en mal estado debería ser reemplazado, y desconocía de que tipo de condensador se trataba. Además otro problema es que de tener que ser reemplazado debía desmontar muchas palancas y pequeñas trabillas de ejes, minúsculas y delicadas que podrían salir volando al mínimo descuido...



                El zumbido indica un corto, para descartar que fuera del condensador era necesario desoldarlo.

Decidí medir primero in situ. Por ser un motor de pocos watios el condensador no debía ser de mucha capacidad, por comparación con otros más modernos de apenas unos pocos microfaradios, entre 1 y 3, pero la pletina que lo sujetaba al motor tapaba la capacidad, además de seguramente estar borrada del rozamiento contra el motor, porque un poco más abajo donde estaba marcado el voltaje de prueba y el de trabajo sí que se veía pintura despegada...a una mala podría desoldar los cables y conectar uno nuevo en uno de los laterales, junto a las poleas.

            Medición de la resistencia en serie, tras desoldarlo y aislarlo del motor indica que está en buen estado.

 No he encontrado referencia de ese condensador, sí fotos de un motor completo que se vendía en bloque por internet, pero tampoco se veía la capacidad. Este tipo de condensador para mi fortuna es de tipo “seco”, o al menos no es como los electrolíticos. Está formado por un par de láminas separadas por un dieléctrico estable y duradero en el tiempo. En la primera lectura que hice con el medidor ESR advertí un corto (ver entrada https://boscohurtado.blogspot.com/2012/10/off-line-medidor-esr.html), que al desoldar los cables comprobé que lo provocaba la bobina  o resistencia que estaba en paralelo con él. La comprobación con el medidor ESR indicaba buena capacidad, y sólo me faltaba comprobar que no tuviera fugas con el “leakage tester” (ver entrada https://boscohurtado.blogspot.com/2020/06/capacitor-leakage-tester.html), y también superó esta prueba sin problemas. Ya sólo me faltaba limpiar los platinos de los interruptores mecánicos, poner una bombilla en serie y comprobar si el motor arrancaba.



Para no correr riesgos en caso de que algo siguiera estando mal opté por conectar primero la máquina a 125V y en serie con una bombilla de 60W. Y al darle al interruptor dio una primera vuelta y enseguida la lámpara empezó a brillar. Apagué enseguida y repetí la operación, esta vez dio un par de vueltas antes de brillar de nuevo la lámpara. Entendí que al ser la lámpara el elemento de mayor consumo al haber más resistencia que en las bobinas del motor éstas actuaban como el cable conductor. Añadí a la bombilla en serie otra en paralelo de 60W para que bajara la resistencia en ellas y esta vez sí empezó a girar el motor unas vueltas más antes de que se encendieran las bombillas y dejara de girar el motor...mi veredicto...el motor funcionaba!.


 

A partir de aquí ya todo salió literalmente rodando. La máquina estaba viva!...Al principio sólo giraba el motor, luego empezó a enclavar y engranar mecanismos. Poco a poco los interruptores mecánicos fueron chispeando y actuando para hacer avanzar o mover el motor, y las teclas de los números poco a poco se fueron desentumeciendo y empezaron a moverse con más libertad. Empecé con las sumas y las restas, luego las multiplicaciones...y hasta aquí todo bien, el problema vino con las divisiones. Aunque aparentemente seguía los pasos de los tutoriales que había visto en internet la división parecía seguir los pasos, pero el resultado que debía imprimirse en vertical junto a los números de la operación no era correcto. Algo más estaba averiado o atrancado. Por la parte inferior hay unas levas que noté que estaban trabadas y que no se movían como debieran, o al menos me daba esa sensación por el diseño que tenían. Conseguí lubricarlas y desbloquearlas pero el resultado sólo afectaba a la impresión de tipos.

 Intenté manualmente accionar e interrumpir la palanca de la división pero el resultado aún fue peor, ahora no seguían los pasos de la división de ir bloque a bloque pasando los dígitos del numerador fila a fila e imprimiendo a la izquierda en vertical los resultados progresivos de la operación...algo más estaba mal o algo más se había averiado...se queda en un bucle al final de la primera etapa y de ahí no pasa a menos que se vuelva a colocar la palanca de la división en su posición inicial.

Y hasta aquí he podido llegar con la reparación mecánica, porque intentando aflojar el tornillo de un prisionero de los topes de las levas éste se rompió, ya que estaba totalmente agarrotado. Así que he decidido no tocar nada más ante el riesgo que suponer romper algo más que sea vital para el resto del funcionamiento de la máquina, y confío que si otro aficionado o alguien que haya trabajado o reparado con este tipo de máquinas lee esta entrada, sepa decirme cuál es la posible solución a este problema.

Operaciones matemáticas.

La Divisumma 14 tiene capacidad para operar con números de hasta 10 dígitos.

En cuanto al funcionamiento daré unas breves nociones, ya que en youtube hay al menos cuatro videos del funcionamiento de las operaciones, y en ésta el de la división no funciona. He de indicar que este modelo se entiende como una primera aproximación al tema de la calculadora mecánica y que en algunos aspectos puede ser un poco rudimentaria, porque no funciona tal y como lo hacen las modernas, su uso no es intuitivo del tipo número1 ; operación ; número2  = resultado. De hecho tuvieron que hacer el truco de un segundo teclado para realizar las multiplicaciones, y el orden en que se debe introducir el número que multiplica es antinatural (el número que multiplica se introduce en orden inverso).  

Para entender como funcionan estas máquinas debemos pensar en los números del cuentakilómetros, que van avanzando progresivamente a medida que gira la rueda..o retrocediendo si giramos en sentido contrario, más o menos todas las calculadoras mecánicas actúan con este principio y mediante complejos sistemas de engranajes y levas se consiguen hacer las operaciones principales de sumar, restar, multiplicar o dividir, de forma más rápida y sencilla, el secreto de la mecánica es no tener que girar 999.999 veces la rueda para llegar a ese número o girar diez veces la palanca para obtener el resultado de un número multiplicado por diez. Cada número del teclado hace avanzar el dígito en cuestión las vueltas necesarias para implementar el numerador deseado en la máquina.

 La suma es una acumulación de números añadidos por la tecla larga de “adición”, la resta es un complemento al número añadido que hace descontar las posiciones avanzadas por el número previo o la suma de números previamente introducidos, para obtener el resultado parcial se teclea la tecla del rombo y se sigue operando y para obtener el total se aprieta la tecla asterisco. El resultado se imprime en rojo con un asterisco * al lado derecho.

La multiplicación se realiza introduciendo el número en el teclado blanco y sin adicionar ni apretar ninguna otra tecla se oprime directamente el número en el teclado rojo, si el número que multiplica es de varios dígitos se empieza por el último en orden inverso y al finalizar de teclear los números se aprieta la tecla asterisco * para obtener el total. Si el número a multiplicar excede los dígitos de la máquina no se podrá activar ningún número del teclado rojo que queda bloqueado, excepto el 1 y el 0. El número que multiplica se va imprimiendo en una barra vertical junto al número y el resultado se imprime en rojo en la parte inferior de la operación.

La división tampoco es intuitiva en su proceso. Se introduce el dividendo y se le da a la tecla de adición, se introduce el divisor y se avanza con ceros el número que divide tantas veces para alcanzar el número de cifras que tiene el dividendo. Para ello la máquina tiene un contador de posiciones decimales en una ventana que avanzan a medida que se teclean los números. Una vez alineados los números se desplaza la palanca de dividir hacia la derecha y automáticamente realizará la división, indicando en vertical el resultado y al final del proceso de la operación el “resto” de la división.

Si se introduce un número erróneo en el teclado blanco se corrige apretando la tecla blanca de la esquina inferior izquierda fuera del teclado. Si se desea borrar todo el número se aprieta la tecla negra encima de ella. Para resetear cualquier número introducido con la tecla de adición se aprieta la tecla asterisco *.

Todas estas pequeñas incomodidades de tener que aplicar procedimientos distintos para cada operación se solventaron en modelos posteriores, siendo la Divisumma 24 la máquina más parecida en funcionamiento a una calculadora actual, que fue uno de los últimos modelos de máquina electromecánica, antes de caer en desuso frente a las calculadoras electrónicas a partir de la segunda mitad de los sesenta.

Sustitución de la cinta.

En este caso no ha sido difícil encontrar repuesto, no del conjunto del carrete, que es más pequeño que el de una máquina de escribir, pero sí de la cinta, al menos la cinta de la Olivetti Lettera 32 de mi padre es la misma que ésta. Tan sólo ha hecho falta quitar los topes que lleva a cada extremo de la cinta y engancharla haciendo un pequeño agujero en ella al anzuelo que lleva cada carrete. 

Hago un inciso aquí para comentar que en este caso las antiguas máquinas de escribir son un ejemplo contra la obsolescencia programada. Todavía es posible encontrar a un precio razonable cinta de dos colores para estas máquinas, en cambio un modelo más moderno como la Olivetti Lettera 12 de los años 80, donde se apostó por un sistema de cinta en cartucho, se convirtió a los pocos años de trabajar con ella en un calvario de problemas de funcionamiento y un quebradero de cabeza a la hora de encontrar repuestos.

Siguiente paso: Pintura de la carcasa

ver también:
Restauración Olivetti Divisumma 14 - II

Restauración Olivetti Divisumma 14 - III 

Reparación Olivetti Divisumma 14 - IV 




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