El mes pasado, durante las vacaciones de agosto, Santiago, el marido de mi mejor amiga Mari Carmen, me dejó esta antigua maquinita arcade para ver si podía arreglarla. En general, salvo por la caja ligeramente descolorida por la luz, se ha conservado estupendamente, con casi cuarenta años a sus espaldas.
Esta ha sido una reparación relativamente sencilla de un antiguo videojuego arcade de principios de los años 80 (1981 según he averiguado por internet), que básicamente es una pantalla fluorescente con los marcianitos fijos en el display, cuyo movimiento es simulado al avanzar progresivamente sobre ella encendiendo y apagando en secuencia cada icono. Este tipo de pantalla era común en calculadoras de esta época, y un todo un logro al poder incorporar fluorescentes de varios colores en ella, apenas había variedad en el espectro, y para simular otros tonos en el display habían recurrido a papel celofán coloreado.
En aquella época sólo podíamos soñar con pantallas similares a las que tenemos actualmente, y la sensación de movimiento, aunque es un poco tosca, es bastante aceptable. Incorporaba además sonido y un contador digital. Actualmente puede parecer un poco obsoleto por lo rudimentario y sencillo del juego, pero la capacidad para jugar y entretenerse sigue vigente hoy en día, y la verdad es que engancha.
He de indicar también que a principios de los ochenta la tecnología led también estaba en pañales, sólo estaban disponibles los leds de color rojo, ámbar y el verde amarillento, y que las pantallas de cristal líquido (LCD) comenzaban a aparecer pero sólo en blanco y negro en los relojes digitales y algunas calculadoras. En esos años también aparecieron en el mercado maquinitas de bolsillo tipo game-boy con display LCD, basado en el mismo concepto, imágenes fijas predefinidas en el display, cuyo avance era simulado activando y desactivando los dibujos.
Toda la mecánica de botones y el grado de conservación es perfecto, sin los típicos bornes oxidados en el compartimento de las pilas. Por lo visto tenía un alimentador, porque en este tipo de displays el consumo de batería es muy alto, que se averió, y conectaron otro en su lugar de mayor potencia (12V según me indico Santiago), pero además (y creo que gracias a ello no se fundió la pantalla) ese cargador tenía la polaridad invertida, de haber entrado 12V con la misma polaridad habría fundido todo el equipo. La electrónica funciona con cuatro pilas de 1,5V tipo D, actualmente poco corrientes y caras, así que la mejor opción para jugar es un transformador de corriente contínua a 6V de 0,5A a 1A. En este caso la polaridad del conector es: negativo conector interior y positivo en el exterior.
Creo que esa condición hizo que sólo se fundiera un transistor de potencia NEC de la foto, que automáticamente impidió el paso de la corriente al resto del aparato, salvando tanto la pantalla como el integrado. Midiendo con el tester el resto de componentes todos estaban en perfecto estado y dentro de los valores nominales. Sólo ese transistor presentaba un corto entre todos sus terminales. El problema es que encontrar el reemplazo idéntico era un poco complicado, porque es de 6 amperios de intensidad, pero por suerte tenía otros de idénticas características pero en 3 amperios...así que pensé...¿por qué no probar unir dos en paralelo? Los amperios se suman, es como tener dos pilas iguales en paralelo, el voltaje de trabajo es el mismo y se dobla la intensidad.....y sí, funciona!!!
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