Silla de madera de la primera mitad del siglo XX.
En primer lugar procedí a reparar la pata rota, para lo cual era necesario hacer un refuerzo poco convencional. Por el diseño de la silla, en el punto donde se rompió la pata había dos empalmes con vástago en dos direcciones ortogonales, lo que implica dos huecos que dejan sólo las cuatro aristas de la pata como elementos resistentes.
El siguiente paso era desmontar por completo el resto de la
silla, ya que el resto de uniones estaban medio sueltas, algunas de ellas se
habían repasado con poco acierto con cola blanca y había que volver a encolarlo
todo de nuevo. Para ello es importante marcar con cinta y rotular todas las
uniones y documentarlas y no tener sorpresas luego. La mayoría de uniones salió
sin problema con la ayuda de la maza de goma, en cambio algunas de las piezas
atornilladas costaron más de sacar.
El problema de los tornillos antiguos de ranura plana es que con el tiempo las ranuras pierden la definición, y unido a la oxidación que los gripa contra la madera, se convierten en un verdadero quebradero de cabeza. En estos casos hay que repasar con el dremel y un disco fino de corte de metal las ranuras haciendo un poco más honda la ranura...el problema es cuando aún así se parte el vástago del tornillo y éste se queda dentro de la madera. Como las uniones atornilladas en este caso son de las escuadras de las patas y no se puede cambiar de lugar el tornillo hay que proceder a extraer la punta con el dremel y una fresa, y luego hay que repasar el hueco con una broca para encajar un nuevo inserto de madera.
Las uniones hay que volver a limpiarlas, eliminando todo resto de la cola antigua y repasando los enjarjes machos y hembras para que todo encaje perfectamente.
Una vez listas todas las piezas y previo el montaje en seco para comprobar que todo encaja se procede al encolado.
Tras la unión de las piezas se han de colmatar con resina todas las uniones donde la pérdida de la madera ha sido excesiva, así como algunas grandes fisuras en las patas para garantizar que no se partan.
En una de las bases de las patas se ha tenido que hacer una reconstrucción con resina por estar totalmente degradada la madera y faltar casi 1,0cm de material para llegar al suelo.
Aunque la idea inicial era conservar toda la silla en su estado original, el contrachapado del asiento no tenía remedio. La chapa exterior se había separado y despegado además de haber perdido muchos trozos, no valía la pena repararla y se ha sustituido por un doble tablero de contrachapado encolado.
Finalmente para igualar el tono de toda la silla y disimular los refuerzos de resina en un tono más oscuro he optado por teñir toda la silla con nogalina. Como acabado he preferido no barnizarla, las otras dos sillas no lo están, pero había que dar una protección, así que después del preceptivo tratamiento anti-carcoma y anti-termita la he encerado.
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