Reparación
de la electrónica, comprobación de componentes, sustitución de los elementos
deteriorados, pruebas de funcionamiento.
sábado, 30 de mayo de 2020
sábado, 23 de mayo de 2020
Radio Telefunken Opereta A-1846 (II) Preparativos
Esta
entrada es un “impasse” de cosas que voy adelantando mientras espero a que me
lleguen algunos repuestos, especialmente condensadores.
Transformador alimentación.
Para mejorar el anclaje al chasis de la radio he tenido que añadir unos perfiles de aluminio en L al armado, además he aprovechado para sustituir la tornillería, añadir una goma EPDM para amortiguar la vibración y reparar uno de los bornes de salida de 350V.
De paso he aprovechado también para hacer mediciones y comprobar que funciona correctamente con la ayuda de un transformador de aislamiento. En primer lugar necesitaba probar con una bombilla en serie el transformador para verificar que estaba en condiciones de seguridad y no presentaba ningún problema. La lámpara prende pero sin alcanzar su máxima intensidad, "no problem!!". Ello indica que el primario del transformador no está en corto. La cámara da la impresión de que el filamento brilla más debido a la sensibilidad a los infrarojos del sensor, en realidad el brillo es menor. Si además hubiera un corto en alguno de los secundarios también brillaría al 100% y no es el caso.
Entrada a 125Vdomingo, 3 de mayo de 2020
Radio Telefunken Opereta A-1846 (I) Desmontaje y limpieza
Este es
un proyecto de restauración particular, la radio de mi abuelo Telefunken Opereta
del año 58-59 aproximadamente. Me trae recuerdos de cuando era pequeño, en los
años setenta. Lo primero que hacíamos al llegar a casa después del colegio era coger la merienda, el
bocadillo de nocilla, y bajar al corral a jugar con las bicicletas o con
la pelota. La radio estaba en el comedor-estar que da al corral, una pequeña habitación
con un gran ventanal, donde también estaba el televisor Radiodina en blanco y negro. Al centro de la habitación estaba la típica mesa camilla redonda, que entre las cuatro patas tenía una placa de una especie de fibrocemento con un agujero central para colocar un brasero, y cómo no, forrando la mesa entera un mantel de tela gruesa que casi llegaba al suelo. La Telefunken solía estar en marcha a esas horas. Mientras jugábamos se
oía de fondo música, noticias, el consultorio de Elena Francis...
Eran tardes divertidas, de rebuscar en el aparador donde mi abuelo guardaba
las rosquilletas y el chocolate redondo de barra (que aún se comercializa hoy)...mis hermanas y yo no dejábamos ni las migas. Luego teníamos remordimientos por haber
dejado a mi abuelo sin rosquilletas, pero con la perspectiva del tiempo, y
viendo que ahora hago lo mismo con mis sobrinas, es obvio que las compraba para
nosotros.
Mi
abuelo tenía un buen reclamo para que bajáramos a su casa y le hiciéramos
compañía. En realidad no le hacía mucha falta, porque bajar a jugar al corral y
al jardín de la casa era como estar toda la tarde en un parque, pero las
rosquilletas eran todo un premio extra. Cuando abro una de las portezuelas del
aparador donde se guardaban las rosquilletas aún persiste el aroma del anisete,
si algún científico está interesado en los viajes en el tiempo debería empezar
por conocer a fondo el sentido del olfato.
Al
fallecer mi abuelo mi padre subió a su estudio la radio, en aquella época no
había una radio ni una televisión en cada habitación como ahora, así que aún
estuvo en marcha unos años más hasta que tuvo un nuevo reemplazo.