El
título es por abreviar, porque en realidad se trata de la demolición y sustitución de un
muro de carga de mampostería y ladrillo en una vivienda unifamiliar por un par
de pórticos metálicos que soportarán el forjado existente, el cual por
cuestiones técnicas y de ordenanzas municipales hemos tenido que conservar. En
este caso la antigua distribución de la vivienda era incompatible con el
programa de uso requerido por la propiedad.
La edificación data de 1941 aproximadamente y
se desarrolla sólo en planta baja, con varias intervenciones en ella a lo largo
de los años, que implican valorar y tomar las medidas oportunas con respecto a
la seguridad de la estructura existente y aplicar los refuerzos que se estimen
oportunos. La casa constaba inicialmente de dos crujías paralelas a la fachada
principal, siendo todo el perímetro exterior a la vez fachada y muro de carga,
de unos 40 cm de espesor. Posteriormente se amplió una tercera crujía, también
en al menos dos fases, ya que se aprecian variaciones en la tipología
constructiva de los dos forjados existentes en esa zona. La fachada posterior
original quedó así al interior de la vivienda, condicionando seriamente la
distribución de una nueva vivienda acorde a los estándares y exigencias
actuales de uso, y valorando que dicho muro sólo soportaba un forjado, en un
buen estado de conservación, se optó por liberar la planta del mismo mediante
un pórtico que atravesara toda la casa sustituyendo al muro, que necesariamente
debía ser doble, a ambos lados del muro original, dejando libres luces de 6,7m
y 3,5m , y quedando sólo un par de pilares a 1/3 de la luz.
Esta
solución requiere unas condiciones adecuadas para poder realizarse: un buen
estado de conservación del forjado, integridad del muro y su cimiento, un buen
terreno que limite el asiento de la nueva estructura, facilidad para ejecutar
un nuevo cimiento sin deteriorar los cimientos del muro existente, espacio para
desarrollar el trabajo y profesionales que puedan realizarlo con garantías.
El
proceso implica la redacción de un proyecto técnico de ejecución, redactado por
técnico competente (arquitecto) puesto que se trata de obra mayor en una
vivienda unifamiliar, para ejecutar un nuevo pórtico con perfiles metálicos que
soportará la carga del forjado, con su propia cimentación, y que tras el tiempo
necesario requerido para que el hormigón endurezca se procederá a la demolición
del muro de carga.
La
parte relativamente sencilla es la cimentación, se ha de hacer en paralelo al
muro y dejando un espacio de separación con el propio cimiento éste, de manera
que no se descalce al excavar. El diseño de la cimentación lo componen tres
zapatas combinadas unidas entre sí por vigas centradoras, dado que los pilares
extremos tienen una posición excéntrica a las zapatas, estas vigas además ayudan a contener el
cimiento del muro y amplían la superficie de reparto de cargas, con lo cual se
minimiza bastante el efecto de los posibles asientos al entrar en carga la
nueva estructura. Para facilitar el montaje de la ferralla en los pozos se
practicaron aberturas por debajo del muro y cortes a 45º para liberar el
espacio y facilitar el montaje. Las parrillas inferiores vienen soldadas de
taller, las superiores en cambio se montan in situ, lo cual es más sencillo de
colocar una vez se han montado las centradoras y los anclajes de las placas.
Las placas se protegieron inferiormente con pintura dejando la cara superior
expuesta para facilitar las labores de soldadura. Los anclajes son de varilla
roscada con tuerca y arandela superior e inferior, que permiten regular la
altura de las placas y colocarlas a nivel. Previamente se replantean en el
sitio con unas plantillas de chapa de 1mm para hacer más sencillo y menos
peligroso el trabajar con placas que superaban los 40kg.
Tras el
fraguado del hormigón puede procederse al montaje de los pilares, el
endurecimiento del hormigón del cimiento no es obstáculo para proseguir el
trabajo, puesto que todavía no ha de entrar en carga y el montaje de la
estructura metálica se dilata prácticamente un mes. La ventaja de los pilares
es que una vez apoyados en la placa sólo hay que levantar la mitad del peso y
cuando están prácticamente verticales se soportan con poco esfuerzo, y esta
labor puede realizarse sin medios adicionales.
Lo más difícil y costoso (en esfuerzo humano y mental) fue elevar las vigas. En este
caso se barajaron muchas opciones, sobre todo a la hora del montaje de la
estructura metálica, siendo esta la parte más compleja, puesto que el
propietario es especialista del metal y realizó todo el trabajo de montaje y
soldadura con los medios y el tiempo que disponía, haciendo prescindible el uso
de camión-grúa y teniéndose que realizar todo el izado de pilares y vigas de
forma manual. La grúa se descartó porque era costosa y gran parte del tiempo
necesario para el montaje debía estar parada, requería hacer un balancín
adicional para los cables, compatibilizar horarios con el tiempo libre del
propietario, etc. Una fenwick no era viable y los elevadores que emplean para
elevar el pladur o los aparatos de aire acondicionado no eran suficientemente
resistentes o estables para elevar los 400kg que pesaban las vigas más
largas.
Asumiendo
que la cubierta la teníamos que impermeabilizar de nuevo, y que en esta fase previa de
la obra no había nada que pudiera deteriorarse por la lluvia, optamos por abrir
agujeros en el forjado y pasar a través de ellos los cables para izar las
vigas. Ideó y construyó el propietario varios pescantes de los que izar las
vigas aprovechando los propios pilares metálicos, requerían hacer más agujeros
en la cubierta, pero era la opción más sencilla. También fue una forma segura y cómoda de colocar en el sitio
las vigas, labor que a priori puede parecer sencilla, pero que implica medir
bien y cortar las vigas a la medida real entre pilares, desplazar los pilares
mediante gatos o puntales para abrir holgura, corregir defectos de medida en
los angulares de apoyo provisional (cortar y volver a soldar), con lo que la viga
está en el aire bastante tiempo antes de presentarla, asegurarla y soldarla.
Cabe indicar que el nuevo pórtico no toca directamente el forjado, debido a que
siempre hay irregularidades y desniveles en éste, y además hay que dejar una holgura
de 2 a 3cm para retacar posteriormente con mortero de reparación tipo T40 de
retracción compensada.
Tras la
colocación de las vigas y la soldadura se procede al retacado parcial por el
lado accesible del pórtico, intentado rellenar el máximo espacio posible a lo
ancho del ala superior de la viga, el resto se hará cuando se elimine el muro y
se tenga acceso a la cara opuesta. Al menos ha de transcurrir una semana entre
el retacado y la demolición del muro.
Finalmente se unen ambos pórticos entre sí para dar
más rigidez al conjunto frente a esfuerzos horizontales soldando en
perpendicular tramos de viga en la zona próxima a la cabeza de los pilares.
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