Sería
una sustitución si fueran downlights de techo empotrados, pero son luminarias
colgadas del techo que por estética me interesa conservar. Son de buena calidad
y tienen buenos componentes, costaron carísimas, 200 euros cada una. El
problema es que tras 13 años de funcionamiento algunas lámparas empiezan a fallar y para más inri no
encienden cuando se sustituyen las bombillas fundidas por bombillas de marca
(sí funcionan en cambio con las de marca blanca).
Mecanismo a presión engorroso donde los haya para acceder a las luminarias, hay que presionar fuerte con los dedos para empujar el cristal hacia dentro y poder meter las yemas entre el aro y el vidrio, para tirar del conjunto y sacar el cristal con el marco.
Pero
las fluorescentes han acabado dándome demasiados problemas y desde el principio
noté que para el despacho se quedaba corto en iluminación general. Hay muchos
motivos por las que las voy a cambiar por LED, el primero viene por que cada
lámpara que he cambiado con el tiempo y según la marca tiene una tonalidad
diferente, el segundo porque cada vez que he de cambiar una he de mover mesas,
subir una escalera al despacho, si son las que están sobre los ordenadores
retirar pantallas, teclados, poner una banqueta de refuerzo para subir otra
escalera encima de la mesa... Como cada cambio es traumático opté por comprar
bombillas de marca, que ahora llegan a costar entre 7 y 8 euros cada una, y con
los problemas de encendido ya no vale la pena meterse en jaleos de cambiar
reactancias o el condensador que compensa la potencia reactiva. El tercero es
el consumo, cada bombilla fluorescente es de 26W, y van dos por luminaria, que
medido con el amperímetro dan un total de unos 60W por luminaria, por 6
...360W.
Cada
invierno o cada verano cuando el consumo global de luz aumenta se nota que
cualquier caída de tensión la acusan enseguida, tardan en encender, empiezan a
parpadear y acaban fundiéndose. Tras mucho tiempo con ellas he llegado a la
conclusión de que efectivamente las bombillas de marca duran más, hasta 6 años
en alguna de las primeras que instalé, en cambio con las más “económicas” me ha
durado alguna de ellas sólo 6 meses.Tengo por costumbre anotar la fecha en las bombillas cada vez que las instalo, y así se obtienen sorprendentes conclusiones sobre qué es la calidad y en qué se mide. Y sí, a veces el precio y el peso están muy relacionados con ella...si pesa es caro, si pesa tiene calidad. Spoiler, las bombillas led o plafones que pesan son de mejor calidad, y es por el hecho de tener un pesado disipador de aluminio que reduce la temperatura, tanto de la luminaria como de la electrónica. En el tema de los plafones leds cuanto más se separen los leds de los drivers mejor. El mayor enemigo de los leds es el calor y los picos de tensión, y en los drivers, que son pequeñas fuentes de alimentación electrónicas, cuanto menos se recalienten los condensadores internos también mejor.
La
sustitución a LED, sin contar lo que cuestan mis horas de trabajo, rondará los
23 euros por luminaria, teniendo en cuenta que cada downlight led cuesta unos
18 € y he de emplear algunas piezas de tornillería y aluminio para sujetar el
plafón nuevo a la luminaria. Afortunadamente he encontrado un modelo que se
adapta bastante bien y que puedo con dos angulares y dos varillas roscadas (y
algunas cosas más) hacer una conversión más o menos sencilla. Comparado conque
dos buenas lámparas fluorescentes ya cuestan 14-16 euros vale la pena el
cambio, con el consiguiente ahorro en consumo (menos de la mitad que las actuales).
Para la
elección del downlight he tenido que adquirir varios modelos para hacer pruebas
y ver que diseño y potencia era más adecuado. Por tamaño de la luminaria tenía
tres opciones, un plafón “oriental” de 16 W (ya de color plateado) con 1230
lúmenes luz blanca (6000ºK) y de tan sólo 8 euros de precio, otro de 20W y 1740
lúmenes luz neutra (4500ºK) de 15 euros, y el ganador absoluto de 25W y 2500
lúmenes luz neutra 4300ºK y unos 18 euros de coste incluido portes e IVA.
El
primero lo he descartado porque es de plástico, lleva el driver dentro de la
luminaria y se queda corto desde el punto de vista de mis necesidades, no
obstante sí lo he empleado para reemplazar downlights fluorescentes en habitaciones (1 por cada 10-12m2) y cocinas (1
cada 5m2) con un excelente resultado... y que si falla se cambia en cualquier
momento, y por el precio de una bombilla.
De los
otros dos modelos el de 20W era problemático para hacer la sustitución, por las
medidas del aro interno. Hay básicamente dos tipos de downlight, unos llevan
una tira de leds en el cilindro lateral que se encastra dentro del techo, y los
otros son una placa con un gran led o muchos leds pequeños en el plano
horizontal. En ambos casos la carcasa es de aluminio, que es lo mejor para
disipar el calor de los leds, pero los leds en el de 20W estaban en el cilindro
y las medidas no me cuadraban, habría tenido que despegarlos, y adaptarlos con
artilugios al plafón (demasiado jaleo).
El de
25W es de los que tienen los leds dispuestos en el plano del techo, tienen
detrás de la placa una pasta térmica y toda la carcasa exterior es un disipador
de aluminio. La potencia es menos de la mitad de lo que tengo ahora en cada
luminaria y el flujo luminoso es un 50% superior. Para la superficie de 30 m2
del despacho obtengo unos 500 luxes aproximadamente, iluminación recomendada
para lugares de trabajo donde es necesaria la lectura de textos, planos,
etc.,... y también el rendimiento de color es fundamental, el blanco neutro
ofrece un buen índice de reproducción cromática. Encaja perfectamente en el
hueco de la carcasa de la luminaria y posee y par de estribos laterales donde
alojar sendos angulares (que he de hacer adrede) y pasar a través de ellos la
tornillería para sujetarlo. Es sin duda la mejor opción de las tres.
El único inconveniente es que eran de color
blanco y he tenido que lacarlos en un gris plata, que he tenido que hacer
adrede con la mezcla de un gris plata y un gris oscuro. Además he tenido que
aplicar un barniz mate para eliminar el brillo, las luminarias son un tono gris
metalizado mate.
La solución para sujetar el nuevo plafón es ésta:
Siguiente
paso desmontar por completo las luminarias. Es una lástima tener que achatarrar
la mitad de los componentes, porque después de 5 años sustituyendo downlights
fluorescentes por LED sé que acabarán en una caja precintada o irán al
ecoparque: reflectores, campanas de aluminio pulido, cristales y
reactancias. Lo único que voy a
conservar son los condensadores que traen, que no sé si les podré dar algún que
otro uso.
Esto tampoco me gusta y voy a poner regletas de empalmes para evitar sorpresas desagradables al montar los nuevos plafones.
Continúa en: Conversión downlight de bombillas fluorescentes a LED (2)
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