Cuando mis sobrinas heredaron las bicicletas de sus primos mayores había que
reparar y poner a punto las mismas, y esta es una entrada de arreglos varios.
Lo primero es la limpieza, y lo mejor es limpiar con productos que no contengan
agua, y personalmente pienso que en las bicis de toda la vida (tubo de acero)
lo peor que se puede hacer es llevarlas al lavadero de coches y darle con la
lanza de agua a presión. El agua que entra por los bujes o que se queda entre las juntas
de los tornillos o las fundas de los cables acabará oxidando el acero de esos
componentes y del interior de los tubos del cuadro.
Es preferible la limpieza
en seco con un paño o un pincel para quitar todo el polvo exterior y luego un
paño húmedo de microfibra con limpia cristales, o limpia muebles a base de cera, para
acabar de limpiar y dar brillo. Si hay barro y se ha de recurrir al agua hay
que fregar con un cepillo de plástico mojado con agua y jabón, retirando la
suciedad con un paño húmedo de microfibra, y después secar bien y rociar con 3en1
o un producto similar a todas las piezas de acero y bujes.
Para la cadena, si es desmontable (tiene tornillo pasador o missing-link, y si no troncha-cadenas) lo
mejor es retirarla y limpiarla a parte con gasolina para quitar el exceso de
grasa y suciedad. Si está muy oxidada se puede cepillar o frotar con estropajo
de acero y con Cillit-bang o producto similar, que elimina bastante bien el
óxido, se puede emplear antes KH7 si tiene grasa reseca. Una vez limpia un par
de días en gasoil o mezcla de gasolina y aceite 2T acaba de desincrustar la suciedad de las zonas
menos accesibles, y para rematar la faena lo mejor es un par de sesiones de
ultrasonidos. Para lubricarla el 3en1 o WD40, aunque ahora hay lubricantes con
cera que dejan seca la cadena y evitan que se adhiera el polvo.
En estos casos que expongo tras la limpieza se requerían unos retoques
puntuales a los acabados y a la mecánica.
Bicicleta Jasmine de Orbea.
La cadena estaba bastante oxidada, no tenía cubre-cadena y con el cepillado y engrasado veía que no era suficiente para que la llevara un niño sin ensuciarse en el pantalón. Estuve mirando bastante por internet y los cubrecadenas para esta bici no me gustaban, además no sabía si iban a ser compatibles por tamaño (no suelen venir referencias de medidas ni esquemas) ni si tendría que hacer apaños varios para poder sujetarlos.
La otra opción más sencilla y
efectiva era colocar un cubre-plato. De esta bici he encontrado pocas cosas en
internet, no sé si en su día tenía
cubre-cadena, y si no la tenía la única opción que me quedaba era el
cubre-plato. Esto es por el principio de conservación de la energía, también
conocida como la ley del mínimo esfuerzo, porque la bici no tiene ninguna
pletina o pieza ad-hoc donde se pueda anclar un cubrecadenas...y de seguir por
ahí tendría que buscar una pletina, taladrar y hacer las roscas, soldarla o
atornillarla al cuadro, repintar, etc... Y al final ya no es sólo el esfuerzo,
es ir a comprar cosas para hacer los apaños y pintura similar a la de la
bici...
Y otra vez vuelve a ser un problema
encontrar algo en internet que medianamente se acople a lo que tiene la bici.
Para empezar es un plato de 36 dientes, y por la época en la que se fabricó o
por el segmento al que se destina el
plato está mecanizado siguiendo un patrón triangular, con sus respectivos tres
taladros para un posible cubre-platos según un triángulo equilátero junto al
aro de los dientes... y en ese esquema no hay ni uno sólo disponible en
internet. De todos los modelos sólo había unos de segunda mano de colores de los años 80-90, a un
precio desorbitado mirando la calidad-precio y aspecto estético, y a saber cómo estaría el plástico después de tantos años.
Lo único que me podía acoplar era un cubre-platos universal de 42 dientes un
poco más grande, que se ancla al eje de la biela ...y eso es lo que pedí,
también un poco a ciegas y confiando en que la rosca interna del pasador de la
biela pudiera anclarlo eficazmente. Me temía que la figura de los radios no
tuviera suficiente altura como para rodear bien la biela y quedar el aro
suficientemente cerca de la cadena... y así fue, el centro del aro debía estar
casi 1cm más alejado del aro para que no quedara tan separado de la cadena y
que no rozara en la pierna. Había que hacer un apaño... afortunadamente el
plato es de policarbonato (PC), termoplástico que se moldea a partir de 130ºC
aproximadamente, así que había que echar mano de la pistola de calor y unos
trozos de material ignífugo.
El secreto es proteger el aro con aluminio del calor para que no se deforme,
apoyarlo sobre cuatro o cinco trozos de refractario (madera también vale porque
no se va a calentar en exceso) y atornillar en el eje un tornillo de métrica
16mm con un par de tuercas y arandelas para que pese y desplace el núcleo
central. El tornillo queda 1cm por encima de la base de y-tong (material
resistente al fuego) de manera que al calentarse los radios caerá por su propio
peso y desplazará el núcleo ese centímetro que hace falta. Hasta aquí la
teoría.
En la práctica no sé si el aluminio ha evitado que se propague el calor o ha
cocido también el aro como las patatas que se asan al horno. El caso es que en
un tramo se ha deformado un poco y empezaba a formarse una gota, que
afortunadamente no se ve porque queda hacia el plato, aparentemente al exterior no se nota. Y en cuanto a los
radios, aún teniendo la precaución de estar unos 15-20cm separado del plástico
y moviendo la boquilla en círculos para tratar de calentar todo
uniformemente... viendo que no hacía gran cosa bajé un poco más la boquilla, y
al punto empezaron a chamuscarse y deformarse los radios de forma desigual,
pero por suerte también poca cosa y también por la cara oculta del plato, así
que pese a todo conseguí el resultado esperado y el tornillo bajó por su propio
peso.
El siguiente paso fue recortar el tornillo central de plástico que unía el
cubre-platos, aproximadamente medio centímetro, porque una vez montado no
llegaba a apretarlo suficientemente. Al ser esa pieza de plástico y para no
dañar las roscas lo corté con un cúter de hoja ancha. Y aunque es un poco más
grande de lo previsto, en conjunto no desentona y al ser mayor que el plato
protegerá un poco más del roce con la cadena.
Bicicleta fixie.
Esta es una bici con freno a contra-pedal (no creo que mis sobrinas derrapen
con ella haciendo skid) y freno delantero v-brake. Las ruedas no son de goma,
sino de plástico duro, del cual ya no quedan relieves en la banda de rodadura y
son slicks, pero para niños de cuatro años y para rodar por el parque lo único
que hace falta es que el freno delantero vaya bien. La pieza final del tubo que
encaja en el estribo del freno estaba ya desgastado y se salía del sitio, era
de aluminio y poco espesor, de manera que el codo atravesaba el estribo y no
ejercía tensión en la pinza. Suele pasar también en la leva del manillar, si
por lo que sea se deforma la espiral de acero de la funda o se estira parte de
ella con el cable al accionar la palanca del freno, el resultado es
que no se genera tensión efectiva en el cable y por tanto tampoco llega tensión
a la pinza del freno. Por ello es aconsejable poner topes en ambos extremos de
las fundas (ferrules), ya que de esa manera el alambre que forma la funda en
espiral no puede desenrollarse.
Para hacer un tope nuevo recurrí a una varilla maciza de aluminio de 8mm, que
mecanicé con el taladro, el gato de mesa y un formón. No es un torno al uso y hay que hacerlo con
cuidado y sin ejercer mucha fuerza, ya que de lo contrario se puede dañar el
eje y los engranajes de la cabeza del taladro. Hay que tomárselo con calma ...y
despacito, parando de vez en cuando para medir con el pie de rey y comprobar la
sección con el espesor de la pieza deteriorada. Los diámetros exteriores los he
mantenido, pero a la nueva pieza le he dado más longitud a los tubos inicial y
final para que trabe mejor en el estribo, y el taladro interno es más pequeño
para que haya más sección de metal y dure más. El paso de salida del cable es
de 3mm y el de alojamiento del codo de 4,5mm.
He soldado con estaño (60%Sn- 40%Pb) la unión entre el codo y el tubo de
remate. Al ser acero y aluminio lo único que se hace es rellenar el espacio
entre ambos, no es realmente una soldadura. Para ello hay que lijar un poco
ambas piezas para crear una superficie rugosa y aplicar un poco de salfumán
para que ataque las superficies. Se ha de aplicar también un poco de “flux”
para que el estaño fluya bien entre ambos metales. Se debe hacer con soplete de gas para calentar bien ambas piezas, pero
sin deteriorarlas (el soldador eléctrico no tiene suficiente potencia), de la
misma manera que se hace la soldadura de fontaneria con tubos de cobre. En este caso hacía un poco de
menisco y he tenido que ayudarme de una espátula para introducir dentro el
estaño.
Timbre averiado.
El problema surge porque el que fabricó el timbre decidió mezclar piezas de acero y engranajes de plástico, y con el tiempo las holguras, el roce, o si se oxida el eje de la corona de plástico, provoca que se vaya desgastando el engranaje. Además al apretar la palanca hay una ligera inclinación o balanceo de la pieza en forma de hoz que hace que lo primero que se desgaste sea la parte inferior del engranaje. Como sólo estaba destrozado por abajo decidí forzar la posición de la hoz suprimiendo el balanceo con varios trozos de plástico para que los dientes de la hoz quedaran encajados con la zona superior del engranaje.
Sé que es que es una solución provisional, porque irremediablemente acabará desgastándose el resto del engranaje tarde o temprano. Por desgracia no es fácil encontrar un repuesto para esta pieza. Una diferencia tan irrelevante entre hacer esa pieza de latón o cualquier otro metal y hacerla de plástico implica que el timbre dure toda la vida o apenas un año. Posiblemente de haber sido el engranaje pequeño un par de milímetros más largo la durabilidad también habría sido mayor.
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