Cuando decidí arreglar el viejo ordenador 486, una de las cosas que más me llamó la atención fue ese color amarillento que adquieren los plásticos con el tiempo, y una vez arreglado y en funcionamiento era una lástima que exteriormente el frontal presentara un aspecto tan desagradable. Este problema ya lo había visto antes en otros objetos de plástico, principalmente en los de color blanco y transparente, y es imposible de eliminar con una simple limpieza a fondo con productos tradicionales. En muchas páginas web aconsejaban una eliminación superficial de esa capa de forma mecánica, lijando y puliendo la superficie, lo cual es inviable en algunos objetos, sobretodo aquellos que tengan impresa una textura, o tengan una geometría compleja, ya que pueden dejar en peor estado la superficie.