Refuerzo estructural. Viguetas cerámicas (I)

Viguetas cerámicas con oxidación en la barra de positivos, de acero liso, con pérdida de recubrimiento y merma significativa sección. Solución propuesta con perfiles IPE con protección ignífuga. Revestimiento posterior de falso techo de escayola.

    Este es un forjado en contacto con la cubierta, la corrosión era debida a filtraciones de lluvia. Este tipo de viguetas es muy sensible a la presencia de agua o la humedad, en parte por la naturaleza cerámica que las hace muy higroscópicas y también por el revestimiento de yeso inferior que suele retener ese agua o humedad. Otro problema es el acero empleado, normalmente liso y "dulce", con poca estabilidad frente a procesos de corrosión. Lo habitual en este tipo de viguetas es que cuando se detectan ese tipo de fisuras y grietas el armado esté excesivamente oxidado y deteriorado, en la mayoría de las ocasiones con rotura de la sección cerámica y con expulsión del recubrimiento (aunque este no siempre se haya desprendido).

    El proceso de corrosión hace que el acero se deteriore en láminas, por tanto lo primero que se pierde es la sección exterior y la adherencia al resto de la sección estructural. En muchas ocasiones la merma resistente de la sección útil de acero es superior al 50%, lo que unido a la pérdida de la adherencia convierte este elemento resistente en un mecanismo muy inestable. En luces cortas la seguridad queda en cierta manera supeditada al efecto arco-tirante que se genera a lo largo de la pieza, en luces grandes es preciso actuar antes de que la progresión del deterioro desencadene el colapso.

    Aunque el deterioro  apreciado no sea excesivo, como en este caso, hay otros factores que aconsejaron este refuerzo, principalmente por ser un edificio de viviendas y ser forjado de cubierta, donde el daño o posible colapso de un forjado afectan a varias familias, además ya presentaba problemas de flecha, y el tipo de bovedilla era de yeso, que también suele empeorar la durabilidad de estos forjados.

    El proceso de deterioro una vez iniciado genera una cierta incertidumbre respecto al estado resistente de los elementos, y no siempre se aprecian desde la cara inferior otros posibles defectos o desperfectos que puedan haber en otras secciones ocultas. La opción más prudente siempre es reforzar.

   En este caso se adoptó una solución de refuerzo mediante perfiles metálicos, más económica que los sistemas a base de mecanovigas y similares, a los que se soldaron unas pletinas para atornillar la protección de las placas ignífugas.En este caso concreto la pared anterior y posterior eran de carga y era viable anclar sobre ellas el perfil de apoyo.

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