En marzo de 1999 adquirí, con casi la mitad de las ganancias de mi primer proyecto, un plotter HP- Designjet 450C en color y con una resolución de 360ppp. Aunque técnicamente es una impresora de gran formato, coloquialmente se les ha quedado a todas ellas el nombre de "plotters", ya que los originales plotters de plumillas sí que han pasado a la historia. De base costó 483.604 ptas sólo la impresora (2900 euros), que me daba una gran independencia para elaborar planos de tamaño A0 y aún mayores, sin penosas colas en la cada vez más saturada aula informática de la escuela y el caro y saturado servicio de reprografía, además incluso me permitía imprimir 3 formatos A3 en el ancho del plotter, con lo que muchas copias las podía hacer en el despacho. Creo que es la inversión mejor amortizada de cuantas he hecho en el despacho, y en todo este tiempo sólo he tenido dos averías relacionadas con la correa del arrastre del carro de cabezales de impresión.
Como el plotter no incluía las patas, había que comprarlas aparte, junto con el soporte para rollo, el primer año sólo pude usar hojas sueltas. Al año siguiente me monté una base cutre de tablero de melanina al que le atornillé cuatro poleas de las que se gastan en los tendederos, sobre las cuales me ingenié una barra portarrollos de acero inoxidable a la que puse unos topes modelados en resina epoxi que encajaban perfectamente el tubo de cartón del rollo, de forma que el eje de acero inoxidable quedaba perfectamente centrado, este eje de acero inoxidable a su vez descansaba sobre las poleas, dispuestas a ambos lados del eje y cada extremo, siendo tangente a los discos de aquellas. Durante casi tres años gasté aquel sistema, y mientras diseñé uno propio para hacerlo en acero y más robusto y con patas, pero finalmente decidí no complicarme más la vida y comprar las patas y soporte originales de HP, que costaron 70.000 ptas, y que en su día y actualmente me parecieron y siguen pareciendo un robo para la poca calidad que tienen los soportes del rollo.
Durante la impresión del PFC de un compañero pronto me dí cuenta que habían trabajos que era imposible sacarlos sin ampliar los 4Mb iniciales de memoria, especialmente en color, así que decidí ampliar al tope la que admitía el aparato, 32Mb más. Ese módulo específico de HP que sólo servía para esas impresoras costaba 40.000 pesetas, y creo que es uno de los gastos más desafortunados, porque los planos que no pude sacar en su día tampoco los pude sacar después, había que recurrir a otros métodos para poder imprimir esos archivos.
A los cinco años se rompió la correa anteriormente descrita, y claro por aquel entonces hurgar en un plotter tan caro y sofisticado como que imponía bastante respeto. Decidí no experimentar y arriesgarme a destrozar el plotter y llamé a un técnico de una empresa distribuidora de HP para que lo arreglaran. La correa costaba 60 euros, y la mano de obra fueron 115 euros más (año 2004, recordemos), en poco más de media hora y sin más complicaciones el técnico se ventiló aquello sin despeinarse, tras las preceptivas comprobaciones de que aquello funcionaba extendió la factura. Fueron 175 euros que a un servidor le salieron de alma más que otra cosa por la asombrosa facilidad con la que se resolvía el problema.
Detalle del carro y los cabezales de impresión, cada cartucho tiene el cabezal integrado, así cada vez que se sustituye uno la impresora imprime como el primer día.
Esta segunda correa aguantó hasta el año 2011, siete años, no está mal, por lo visto la temperatura (y aquel verano hizo mucho calor) deterioraba la goma, y la inactividad y la fuerte tensión a la que está sometida hacían que la goma se cuarteara y deshilachara. Y en esta ocasión fui yo el que haciendo uso de internet y vía compra on-line consiguiera reparar la dichosa correa, por el mismo precio del porte me hice con dos (en previsión de otra rotura fortuita), y cada correa no costó más de 30 euros. Eso sí me llevó más de dos horas desmontar aquello con cuidado, los plásticos con el tiempo se vuelven frágiles y muchas piezas encajaban a presión con pestañas de anclaje, que tienden a romperse con facilidad. Y como tardó un par de días en llegar la correa aproveché para limpiar bien todas aquellas virutas de goma que habían caído por el interior, fotografié y documenté todo aquello por si acaso, y para evitar males mayores en el desplazamiento del carro y que se ensuciaran los cabezales aspiré hasta el último resto de goma y polvo del interior. Finalmente instalé la nueva correa y me ahorré 140€.
Vista del servidor de impresión conectado al plotter, el cable de red está canalizado por las paredes, así no hay cables sueltos por el suelo del despacho. El servidor se conecta a la roseta correspondiente de la pared que comunica con el ordenador de trabajo.
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