Esta entrada la escribí hace unos días (el miércoles 11 de febrero), y me contuve en publicarla, pero tal y como se desarrollan los acontecimientos ya no se pueden tolerar más atropellos. ¿Es necesario que se lleguen a los extremos de otro "Gamonal" que salga en la prensa y en los telediarios para que el ayuntamiento y consellería reflexionen y rectifiquen?
Para
hacer las cosas mal, sin preocuparse por el interés de la población, sin
valorar lo que subyace debajo de nuestras calles, menor que no vengan de fuera
a hacernos “regalos”. Es lamentable que de todo el dinero que se está
invirtiendo en la población durante estos últimos años ni un céntimo se haya
destinado a necesidades prioritarias. La responsabilidad del ayuntamiento
comienza por establecer esas prioridades y transmitirlas a Diputación o
Consellería para que se invierta correctamente el dinero público, y no con una
visión a corto plazo para conseguir rédito político. Hay que pensar en dejar obras e infraestructuras acabadas que perduren en el tiempo.
¿Tanto cuesta parar un par de días y reflexionar sobre lo que se está denunciando?
Tras la reunión de ayer de los vecinos con el alcalde hoy vuelve la
máquina a destrozar el legado de adoquines de nuestra calle, las tuberías de
pluviales no se están colocando en condiciones...confío en que al finalizar las
obras pongan una placa conmemorativa a mayor gloria del alcalde y la
consellera, así cuando empiecen a surgir los problemas, que esta obra no va a
resolver, sabremos a quién pedir responsabilidades.
Particularmente no me molesta el ruido que las máquinas hacen estos días, lo que siento profundamente es el desprecio que muestra hacia los vecinos la indiferencia y el silencio de nuestro ayuntamiento, y la impotencia de ver cómo nuestras opiniones se acallan con el traqueteo del martillo devorando adoquines.